En
72 hs. algunas partes del rompecabezas sindical, habrá llevado
adelante un nuevo paro general que se materializará una vez
más para horadar la imagen del gobierno nacional, en especial,
en vísperas de los procesos electorales que se aproximan,
como por ej. lo son las P.AS.O. a desarrollarse en nuestra ciudad.
Resultaría
inaudito para cualquier analista internacional que sea medianamente
objetivo y que haya conocido el grado de destrucción en que
se hallaba el estado nacional al inicio de este proceso allá
por el año 2003, así como, el alto nivel de desocupación
y la enorme deuda externa que agobiaba nuestra economía e
impedían cualquier intento de liberación que encarnara
el gobierno nacional y popular electo con el apoyo de menos de una
cuarta parte del electorado nacional.
Fueron
oscuros para nuestra historia los tiempos las que corrieron desde
la irrupción del menemismo hasta la renuncia de Fernando
de la Rúa, ya que nuestra sociedad se hallaba quebrada económica
y moralmente y al borde de la desintegración social, con
miles de compatriotas haciendo colas en las embajadas para buscar
en el extranjero los sueños de progreso ya perdidos en nuestro
país por la gestión de la clase política que
dirigió los destinos de la patria.
Pero
además de la clase política fueron los sindicalistas
quienes se llamaron a silencio cuando se destruyó el aparato
productivo, se regalaron las empresas del estado y se llevaron adelante
políticas neoliberales que ya sabemos como terminan, cualquiera
sea la geografía donde son aplicadas sus recetas, como ejemplo
hoy vemos la crisis terminal existente en Europa y principalmente
en países como España, Portugal, Grecia, irlanda,
Italia, Francia, etc. donde se están viviendo experiencias
nunca antes transitadas y donde a pesar del paro y la desolación
en que se hallan los pueblos, el capitalismo financiera insiste
en aplicar las viejas recetas universales que solo traen atraso
e injusticias sociales.
Tuvimos
en esta última década la mejora de los precios de
los comodities y mal que nos pese eso ayudó a refundar el
estado y poder ir reduciendo la desocupación, aumentar los
beneficiarios de las jubilaciones y el monto de sus ingresos, hecho
solo posible por la estatización de las AFJP, que quebraron
el sistema previsional argentino.
Pero
también en el mundo sucedieron las cíclicas crisis
que el sistema solía tener pero con interregnos mucho más
prolongados que los del presente, que empezaron en el año
2008 y que volvieron a recrucer con mayor intensidad a partir del
año 2013.
Durante
todos esos años nuestro país lejos de sufrir colapsos
como en los tiempos del tequila, los del sistema bancario norteamericano,
los de los países emergentes de oriente o la reciente de
varios países de la UE, se ha mantenido indemne ajustando
los salarios de los trabajadores activos mediante paritarias libres
y a los pasivos mediante recomposiciones semestrales que están
aproximando el ingreso de los jubilados al tan reclamado 82% móvil.
Y ha
sido tal la recuperación salarial de los trabajadores que
gremios como los petroleros, los mecánicos, los camioneros,
los colectiveros y algunos otros, tienen salarios muy altos que
representan al 11% de los trabajadores que hoy se encuentran alcanzados
por el impuesto a las ganancias y digo hoy porque seguramente en
poco tiempo la base imponible será elevada.
Sin
embargo, resulta paradójico ver que las centrales obreras
le realicen movilizaciones y paros al gobierno nacional porque sus
afiliados tienen salarios elevados, tan importantes que ni en los
países del llamado primer mundo se perciben.
Ojalá
la totalidad de los trabajadores argentinos sean alcanzados por
el impuesto a las ganancias porque ello implicaría que los
ingresos de los asalariados alcanza para que los mismos y sus grupos
familiares vivan dignamente.
Pareciera
o mejor dicho, se puede afirmar sin temor a equivocarnos que detrás
de los eufemismos que se invocaron para el llamado al paro general,
hay una movida verdaderamente extraña: quienes dicen defender
los intereses de los trabajadores sea la histórica burocracia
sindical o los grupos clasistas de la izquierda dura, vuelven a
operar a favor de los sectores más retrógrados que
hoy se alinean tras el tandem MACRI – SÁNZ –
CARRIÓ, las caras visibles de las corporaciones que desde
la oscuridad alientan el cambio.
No
el cambio que implique una mejora en la administración de
la cosa pública sino el retorno al viejo modelo donde los
que más tienen aumenten su renta y los que menos tienen vayan
perdiendo el espacio ganado durante algo más de una década.
La
década de recuperación más importante de toda
nuestra historia.
Luis
Allberto Mello
Coordinador Buenos Aires – Ciudad Krypton Digital.
28-03-2015 Redacción Ciudad Krypton Digital.
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