Nos cayó como un balde de agua fría la noticia periodística
que señalaba que los apoderados de Emanuel Ginóbili,
estrella de la selección nacional e ídolo de los San
Antonio Spurs que participan en la NBA, solicitaron que se le reconozca
a este la propiedad de un predio donde vive la comunidad mapuche
Paichil Antriao, con presencia en Villa la Angostura desde 1902
(reconocido por documentos del propio Estado argentino).
Cuentan
los pasillos judiciales que este requerimiento es el paso previo
a pedir el desalojo de la referida comunidad. Para lograr su objetivo
el estudio que asesora a estrella de básquet, están
utilizando argumentos históricos que desde hace décadas
son desechados por el mundo académico.
La
titularidad de los predios a favor de los pobladores ancestrales
José María Paichil e Ignacio Antriao data del año
1902, fecha en la cual el Gobierno Nacional entregó el lote
número 9 de la por entonces Colonia Nahuel Huapi, en la Patagonia.
Sobre
esa misma parcela indígena hoy se erige el casco urbano de
Villa La Angostura. “La zona denominada ‘el cruce’
en Villa La Angostura es donde se localizaba el lote 9 y donde hoy
se encuentra el centro y la Municipalidad. Con el paso de los años
los integrantes de la comunidad mapuche fueron “corridos”
de sus tierras hasta confinarlos en las zonas marginales del precitado
lote.
En
consecuencia el despojo se fue produciendo con la connivencia del
estado nacional, el estado provincial y el municipio que nada hizo
para impedir este desplazamiento forzado del pueblo mapuche.
Emanuel
Ginóbili, seguramente de buena fe, adquirió en el
año 2004 un lote de aproximadamente 11 hectáreas,
reivindicado como territorio mapuche. Cuando la comunidad indígena
se opuso a su desalojo forzado, Emanuel Ginóbili inició
un juicio (en 2007) contra integrantes de la comunidad, en lugar
de accionar contra la empresa que le vendió el predio.
Para
lograr su objetivo la estrategia de sus abogados fue tratar de negar
la existencia de la comunidad y por ende los derechos que le asisten
a los pueblos originarios.
Pero
en el año 2011 la Cámara de Apelaciones instó
a que reconozca a la comunidad como contraparte en el juicio y ahora,
luego de la feria judicial, la causa se reactivó, con el
pedido de que se le reconociera la propiedad del predio al basquetbolista.
De ganar el juicio, el paso siguiente es pedir el desalojo de la
comunidad.
“El
demandante pretende que se declare que es el propietario de un terreno
que se encuentra en posesión de la comunidad Paichil Antriao.
La demanda fue iniciada ante el juzgado de Jorge Videla, el mismo
juez que está denunciado ante la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos por los numerosos desalojos realizados contra
la comunidad”, explicó Juan Manuel Salgado el director
del Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas
(Odhpi), además de certificar que los abogados de Ginóbili
recorrieron a “todos los lugares comunes de los que quieren
desalojar” a las comunidades indígenas.
La
estrella de la NBA a través de sus abogados argumenta que
la comunidad nunca existió y citando al cuestionado historiador
Rodolfo Casamiquela, sostuvo que los mapuches no son argentinos,
(según este enfoque son chilenos). La misma argumentación
suele ser utilizada por medios de comunicación que relatan
periodísticamente los sucesos con una mirada contraria a
la realidad y a los intereses de los pueblos originarios.
El
Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras de
la UBA denunció en el año 2009, ante la aparición
de diversos artículos que hacían la apología
del despojo, presentándolas como el ejercicio de un derecho
propio de un damnificado (en este caso Ginbili) y alertando paralelamente
que “la lucha del pueblo mapuche por la tierra viene siendo
silenciada y reprimida por la presión que ejercen los intereses
de grandes corporaciones inmobiliarias en la región.
Esas
notas tergiversan los contenidos de las reivindicaciones mapuches
reproduciendo una perspectiva racista y esencialista acerca de los
procesos identitarios”.
En
noviembre de 2009, parte de la comunidad sufrió un desalojo
y la destrucción de sus viviendas. Desde entonces denuncia
el hostigamiento y violencia por parte del gobierno provincial,
la policía y guardias privados. En abril de 2011, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aceptó una medida
cautelar presentada por el Odhpi y ordenó al Estado argentino
a tomar “medidas urgentes” para “garantizar la
vida y la integridad personal de la comunidad” mapuche. Además,
en Argentina está vigente desde 2006 la Ley 26.160 que prohíbe
los desalojos de pueblos originarios y ordena la realización
de un relevamiento territorial (que en Neuquén aún
no comenzó).
Tal
vez Ginóbili haya actuado de buena fe, pero en ese caso estuvo
mal asesorado. Llevar a la comunidad a juicio no ayudará
a encontrar una solución, que debiera darse en el marco de
un diálogo franco entre las partes y la asunción de
las responsabilidades del Estado, tanto nacional como provincial,
que sigue desconociendo los derechos indígenas.
La
demanda judicial sostiene que la “propiedad privada”
de Ginóbili (que nunca poseyó ni vivió en el
lugar) tiene prioridad por sobre los “supuestos” derechos
indígenas. El demandante tiene planificado lotear para un
barrio privado y construir en él también una hostería
de lujo.
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