Son
el elemento que más desecha el ser humano. En principio el
lector pensaría que se trata de las bolsas de residuos los
envases de Pet utilizados para contener a las gaseosas, pero no
es así, nos estamos refiriendo a la colilla de los cigarrillos
ya consumidos.
La
cantidad de colillas tiradas anualmente a los cestos de basura oscila
entre los 4,5 y 6 billones de unidades que progresivamente van contaminando
el medio ambiente. El filtro no es biodegradable y no se conoce
hasta el presente un sistema de recolección masivo aceptable,
pero parece que ha llegado que este desecho de los fumadores sea
útil a la humanidad, pues en Corea del Sur se encuentra en
desarrollo un proyecto para construir súper condensadores,
las potenciales baterías del siglo XXI.
Esta
nueva tecnología reemplazaría a las contaminantes
baterías actuales ya que podrían almacenar mucha mayor
cantidad de energía, su proceso es más rápido
y su modo de recarga es también súper veloz, teniendo
en cada oportunidad que se recarga alrededor del 2% de pérdida
de energía y no poseen el efecto memoria que envejece prematuramente
la vida útil de las baterías.
Los
investigadores sostienen que el avance en desarrollar las superpilas
depende de los avances en diseñar los nanotubos de carbono
o grafeno, cuyo costo a la fecha son todavía elevados.
Con
el casi gratuito insumo de los filtros constituidos por el polímero
de acetato de celulosa, formado por oxígeno, hidrógeno
y mucho carbono, mineral que se busca descomponer y que presenta
una estructura porosa que lo hace ideal para conformar los electrodos
de los súper condensadores. La porosidad del elemento obtenido
presenta poros pequeños y medianos, de tal modo, se asegura
que el material tenga altas densidades de energía, lo que
es una propiedad esencial para una rápida carga y descarga
del súper condensador.
El
proceso que permite obtener capas de carbono poroso a partir de
las colillas, es la pirólisis, o sea, quemar los filtros
a una temperatura de 900º C durante 2 horas y en una atmósfera
libre de oxígeno compuesta por argón y amoniaco.
El
producto resultante es un material híbrido de carbono con
una estructura rica en microporos, que son menores a 2 nanómetro
de diámetro que contribuyen para elevar la capacidad para
mantener la carga eléctrica y los mesoporos que tienen entre
2 y 50 nanómetros de diámetro, que son aquellos que
ofrecen las rutas adecuadas para el movimiento de los iones de los
electrolitos.
En
las pruebas realizadas se empleó el material en un sistema
de tres electrodos, verificándose que los creados con colillas
usadas pudieron absorber los iones (carga) y volver a liberarlos
(descarga) con una capacidad de almacenamiento y rendimiento superior
a los materiales comerciales e incluso superando a los nanotubos
de carbono o grafeno ya mencionados utilizados en los laboratorios.
Su
aplicación depende de que los insumos puedan ser seleccionados
escalarmente hasta los niveles que permitan ser industrializados,
del sistema ideado depende el éxito, aunque aún siendo
su costo alto, su uso sería colectivamente más saludable
para la sociedad.
Desde
la Universidad Estatal de San Diego (Estados Unidos) el investigador
Thomas Novotny propone dos grandes alternativas para acabar con
el problema de las colillas, a saber: 1) implantar un sistema de
recolección a cargo de los fabricantes (tabacaleras), utilizando
su propia red de distribución idem algunos aparatos electrónicos
en desuso podría encajar perfectamente en el proceso de convertirlas
en material para los súper condensadores 2) Prohibir el uso
de los filtros en los cigarrillos. Además de una vuelta al
pasado, esto dejaría en agua de borrascas al proyecto sin
poder demostrarse la viabilidad de su ingeniosa solución
para las colillas usada
Proyecto
de reciclado de colillas:
Se
ha lanzado en Canadá en el mes de mayo y continúa
ampliándose la propuesta de reciclado de colillas de cigarrillos
en otros países desarrollados, sistema patentado por la empresa
TerraCycle que asegura la recolección de colillas a través
de voluntarios y su transformación en material plástico,
que luego es utilizado luego para nuevos productos, entre ellos,
ceniceros, boquillas, etc.
Con
este esquema se produce un círculo virtuoso ya que los voluntarios,
sean personas, empresas, asociaciones de defensa del medio ambiente,
etc. recogen las colillas y las envían a la sede nacional
de TerraCycle, que paga incluso el flete del paquete.
Las
cenizas luego son esterilizadas y disecadas, con lo cual el papel
y el tabaco se mezclan, y el acetato de celulosa utilizado en el
filtro es fundido y reutilizado para fabricar todo tipo de productos
plásticos que luego son comercializados.
El
programa contempla bonus para los voluntarios que se transforman
en dólares que pueden ser utilizados para financiar proyectos
en escuelas o asociaciones de caridad social y además incluso
alguno de los costos son financiados por las propias tabacaleras.
La
empresa TerraCycle promueve también el reciclado de paquetes
de jugos de fruta, botellas plásticas, bolígrafos,
cápsulas de café, envoltorios de bombones y cepillos
de dientes, entre otros elementos que habitualmente son desechados.
En
pocos días la empresa ha reciclado más de 1.000.000
de colillas de cigarrillos a través de los voluntarios y
la industria tabacalera ha lanzado una campaña publicitaria
del programa bajo su costo.
En los próximos meses el programa además de Canadá,
Estados unidos, España donde ya se implementa, será
lanzado en Francia, Alemania, Suiza, Austria, Noruega, Dinamarca,
Suecia, Finlandia y en corto plazo se incorporará también
México.
Con
respecto al volumen de los insumos necesarios para por ej. la producción
de un cenicero, se calcula que oscila entre 1 000 y 2 000 colillas,
mientras que para una silla de plástico de jardín
se requieren alrededor de 200 000.
Lo
trascendente de este programa es que los cigarrillos son la principal
fuente de desechos en el mundo, el 37% de todo lo que la gente tira
son colillas consumidas. Otros elementos críticos son los
chicles y los pañales ya usados, próximos a iniciarse
en Brasil y los Estados Unidos.
La
recolección propuesta por TerraCycle se basa en el modelo
de “brigadas” que tiene 60 campañas vigentes
en 22 países del mundo, en las que participan 35 millones
de personas, en su mayoría mujeres y niños, que hasta
ahora todavía no se ocupan de las colillas.
Al
igual que con el tabaco muchas empresas vinculadas a algunos desechos
financian el reciclado de los mismos, como por ejemplo Old Navy
dedicada a la indumentaria se asoció para reciclar zapatillas
y Colgate cepillos de dientes.
20-08-2014.
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