Posiblemente
los que están radicados en la CABA no aprecian con objetividad
cual es el percance que están ocasionando las inundaciones
en la Provincia de Misiones, motivadas principalmente por el crecimiento
de los Ríos Paraná, Iguazú y Uruguay, al igual,
que sus muchísimos afluentes que pululan en la añorada
tierra colorada que me ha visto nacer.
Quizás
porque nadie puede olvidar sus orígenes es que las alarmantes
noticias me golpean un poco más fuerte que al resto de las
personas, ya que a través de los medios de comunicación,
amigos y parientes estoy bastante informado de la tragedia que están
viviendo miles de familias que ya han perdido lo poco o todo lo
que poseían por el avance irrefrenable de las aguas.
El
desborde de los afluentes ha golpeado duramente a pobladores y sus
bienes en localidades fronterizas tales como: El Soberbio, Alba
Posse, Colonia Aurora, San Javier, Panambí, Itacaruaré,
Tres Capones, Mojón Grande y Andresito, todas ellas se hallan
en un 90% bajo agua, encontrándose la mayoría aisladas
por la vía terrestre, siendo la única posibilidad
de traslado el servicio aéreo ya que una buena cantidad de
puentes sobre las rutas se encuentran bajo agua.
Este
problema sucede con los puentes de los arroyos Once Vueltas, Guerrero,
Mojón Grande; Chico Alférez, el que limita Ameghino
con Panambí; Ramón en Villa Bonita; Santa Rita, Changay,
Pindaity y Salto, y los puentes entre las localidades de Santa Rita
y Aurora y el de Chafariz, entre Aurora y El Soberbio (la imagen
es de esta localidad).
Por
tal razón se ha decretado la emergencia económica
provincial, un poco tarde por cierto, habiéndose solicitado
a la Nación que la Provincia de Misiones sea declarada “en
emergencia nacional”.
El
gobernador Maurice Closs del frente renovador misionero pro kirchnerista,
en conferencia de prensa manifestó que al 30 de junio las
pérdidas materiales ascienden a más de 500.000.000
de pesos, solamente es lo que se necesita para reconstruir lo dañado
y a esto hay que sumarle los efectos económicos negativos
que durarán varios meses.
Lamentablemente
es una cosa cotidiana ver hoy a miles de pequeños productores,
emprendedores de mini turismo y pequeños comerciantes, etc.
en estado de completa desolación porque literalmente las
aguas le han arrebatado todas sus pertenencias materiales y sus
sueños.
Según
datos oficiales son alrededor de 6500 las personas evacuadas que
corresponden a 1300 núcleos familiares, siendo el total de
casas inundadas en su totalidad alrededor de 1000 unidades y las
destruidas totalmente aproximadamente suman 130.
Por
cierto que la realidad expuesta por las autoridades oficiales, minimizan
el alcance de la tragedia hídrica.
También
se encuentran afectadas varias ciudades correntinas que se encuentran
sobre el río Uruguay que llegó a estar hasta casi
3 metros por encima del nivel de evacuación, alcanzando una
marca histórica: 14,44 metros. El nivel sigue creciendo y
los operativos de evacuación se iniciaron cuando los registros
marcaron los 12,50 metros.
Este
hecho no se circunscribe a las cuencas de los ríos citados
en el párrafo inicial sino que también abarca a la
del río Paraguay y sus efluentes, es desastrosa la situación
en localidades paraguayas del alto Paraguay, por ejemplo Fuerte
Olimpo y Bahía Negra donde buena parte de la población
ha sido evacuada por el avance de las aguas. En el interior del
Chaco Paraguayo, como en toda la región las devastadoras
lluvias hacen crecer los ríos e inundan localidades como
nunca antes se ha visto, siendo muy importante las pérdidas
materiales para ganaderos y sojeros.
Más
al sur en el Puerto de Formosa, habiéndose alcanzado los
8,70m se evacuaron hasta el presente alrededor de 6000 personas,
mientras que en el Puerto Pilcomayo la altura que se registra es
de 7,60, ambos puntos precitados en creciente. En la provincia del
Chaco, el panorama no es tan acuciante pero ya han sido evacuadas
un centenar de habitantes de las zonas ribereñas por la subida
del río Paraguay y sus afluentes.
Muchas
veces la imprevisión de los gobiernos, sean estos nacionales
o provinciales son la causa de este tipo de desgracias climáticas,
sin embargo, en esta oportunidad se coadyuvan una serie de elementos
que trasciende el marco de las políticas nacionales.
Los
especialistas en temas meteorológicos sabían que este
año “el niño” iba a impactar fuertemente
en la región, pero seguramente no con la magnitud que se
puede apreciar. Si a esto le sumamos la devastación forestal
que año tras año se produce desde el amazonas para
el sur, las aguas que antes eran absorbidas por los árboles
ahora circulan libremente por la superficie causando estragos inestimables,
este alocado amor por las ganancias depredando el medio ambiente
y el sistema ecológico de la región lamentablemente
se viene agudizando con la complicidad de los gobiernos. Por último
habría que decir que como siempre son los sectores más
vulnerables los que padecen las nefastas consecuencias de las inundaciones.
Y pensar
que hay políticos que pretenden la construcción en
la Provincia de Misiones de una nueva represa hidroeléctrica,
me refiero al proyecto “Garaví” un verdadero
dislate.
Con
itaipú, la potencial Corpus y las represas menores del alto
Paraná e Iguazú, los misioneros estamos condenados
a desaparecer. Espero no verlo.
Luis
Alberto Mello.
30-06-2014.
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