Sería
necio pensar que la responsabilidad de todos los infortunios que
ha acarreado la presencia de las últimas lluvias la tienen
los gobernadores, el jefe de gobierno de la CABA o los intendentes
de la Provincia de Buenos Aires.
Estas
precipitaciones impiadosas como todos los cataclismos naturales
han golpeado fuertemente a buena parte de nuestros hermanos, llevando
su desgracia a hogares ricos, de clase media y pobres.
Miles
de viviendas, automóviles, artefactos eléctricos,
muebles, colchones, instalaciones, maquinarias, fábricas,
pequeños comercios, bibliotecas, colegios, orfanatos, etc
han sido destruidos (podríamos seguir enumerando elementos)
y como si esto fuera poco: también han perdido la vida unos
50 inocentes que no tuvieron la suerte de sortear el esperado meteoro.
Esta
introducción no ha pretendido deslindar las responsabilidades
de la clase política siempre renuente a invertir fondos en
obras de infraestructura necesarias como el "agua" para
las cuales generalmente o no existen fondos disponibles o si los
hay se los aplica para otras cuestiones menores que "venden
más" que le brindan a los mandamases una "mejor
imagen" frente al potencial electorado.
Con
esta visión egoísta al frente de la cosa pública
encontramos que se privilegian carreras de "Súper TC
2000" antes que aumentar la dotación de camas, médicos
y enfermeros en los hospitales públicos de la ciudad; que
se invierten fortunas para bicisendas "para pocos" en
lugar de mejorar el mantenimiento y construir nuevas escuelas en
el olvidado sur de la ciudad; que se destina una buena cantidad
de fondos del presupuesto para promover la acción pública
en lugar de realizar una administración transparente y austera,
etc. etc. Y así podríamos continuar la lista hasta
el infinito.
En
estas horas de dolor colectivo donde para muchos las pérdidas
materiales que han sufrido han sido totales, pareciera hasta irreverente
entrelazar unas ideas en torno a como se capta la adhesión
del pueblo para acceder al poder político, situación
que por ejemplo los radicados en la CABA no deberíamos olvidar.
Solo
por un momento queremos discurrir ahora muy elementalmente acerca
de la metodología propagandística utilizada por ejemplo
por el PRO capitalino (con Durán Barba de por medio). Al
respecto, digamos:
1.- Que merced a la desgracia que se produjo en el boliche "Cromagñon"
el ingeniero Macri pudo timonear la salida del ex Jefe de Gobierno
Aníbal Ibarra, el interinato de Telerman y su posterior elección
como Jefe metropolitano, sin olvidar que también para ello
contribuyeron los medios dominantes que apoyaron indisimuladamente
la candidatura del hombre del grupo SOCMA, presentado como un hombre
de dinero preocupado por el futuro de los "vecinos".
Sin
embargo, durante su refrendada gestión por la falta de controles
estatales ya fueron varios los "mini Cromagñon"
que se han producido y eso porque la suerte ha contribuido a para
que no se multipliquen las catástrofes evitables, como por
ejemplo la caída de techos en confiterías bailables
o el periódico derrumbe de edificios en construcción
o linderos a nuevos proyectos, etc, etc. Todos estos sucesos minimizados
por la prensa adicta.
2.
El otro "slogan de campaña" que al macrismo ha
utilizado para llegar a administrar la ciudad con el presupuesto
más alto del país, por ejemplo ha sido el graffitti
institucional que se expone en la imagen adjunta que dice: "ESTARÍA
BUENO NO INUNDARNOS CADA VEZ QUE LLUEVE. PORQUE ASI NOS ESTAMOS
AHOGANDO EN UN VASO DE AGUA".
FIRMADO:
PRO.
Hasta
el momento que escribo esta nota ya son 6 los muertos en la CABA
y no estamos haciendo partidismo, solo comentando como las campañas
publicitarias sacan y ponen a hombres en los gobiernos, afortunadamente
la acción política posterior o desgracias como la
presente, se encargan de quitarles sus antifaces.
|
En el devenir de nuestra historia como nación ya libre, siempre
existieron episodios y/o personajes que dividieron las aguas del
pensamiento: Moreno-Rivadavia, Dorrego-Lavalle, Federales-Unitarios,
Rosas-Mitre, Hipólito Yrigoyen-Francisco de Alvear, El eje-La
democracia, Braden-Perón, Perón-La revolución
libertadora y llevado esto a terrenos más amistosos y populares,
en el fútbol tenemos el: Boca-River, Menottistas-Bilardistas,
etc. parcialidades casi siempre irreconciliables.
No
puede excluirse de esta lista de eventos el golpe militar del 24/03/1976,
que también dividió aguas, aunque afortunadamente
gracias a la elogiable política en materia de DDHH del kirchnerismo
(sin muchos pergaminos previos en la materia), se rescata esa triste
fecha y se la declara feriado nacional con actos conmemorativos
que contribuyen a que el pueblo no olvide tan nefasto suceso.
Creo
que hoy día por suerte sólo quedan algunos elementos
residuales para nada representativos de ese sentir castrense anti-pueblo
que añoran los tiempos de este tipo de botas. Podríamos
decir que con la irrupción de la junta militar continúa
la segunda etapa de la mal llamada revolución libertadora
intentando socavar con la instauración del liberalismo económico
el modelo de país encarnado por Evita y Perón, en
el cual hay pleno empleo y justicia social. Retirado el proceso
militar la libertadora sigue viva con la asunción del alfonsinismo
y concluye su obra con la llegada al poder de Carlos Menem que destruye
el estado nacional dejando todo a expensas de las fuerzas del mercado
libre….
Como
se podrá apreciar, en este análisis he salteado un
evento muy caro para los argentinos: el 2 de abril fecha en que
se recupera simbólicamente las islas Malvinas, acto que es
tan polémico como los antagonismos antes mencionados. En
mi criterio, como las anteriores, todas las consideraciones son
válidas y opinables.
Durante
la contienda bélica recuerdo que nuestra familia se pasaba
las 24 hs. escuchando onda corta para conocer la verdadera situación
por la que se estaba atravesando, nunca pude entender ni hoy casi
30 años después como en la Capital Federal, todo seguía
igual: boliches abiertos, cines abiertos, confiterías abiertas,
teatros abiertos, fútbol los domingos, carreras, clases,
todo igual. Mientras que en el sur se combatía, aquí
la mayoría de los habitantes estaban en otra, algo así
como que los acontecimientos correspondían a otros pueblos.
Nunca
sabremos con exactitud los móviles que llevaron a la junta
militar a tomar la decisión de desembarcar en Malvinas. Una
hipótesis que puede considerarse aceptable pero insuficiente,
es que la acción armada se lleva a cabo en función
del descontento social reinante en especial en la clase trabajadora
que 72 hs. antes se movilizó hacia la casa de gobierno siendo
brutalmente reprimida por las fuerzas del orden.
Ya
todos sabemos el desenlace final que tienen todas las guerras, que
no es otro que muerte y mas muerte. De esta llaga humana quiero
tan solo rescatar dos aspectos que estimo pueden evaluarse como
positivos: 1) Que nos dimos cuenta en carne propia como opera el
imperialismo colonialista asociado con la casa blanca 2) El valor
de los soldados que combatieron frente a uno de los ejércitos
más poderosos de la tierra, haciéndolo en inferioridad
de recursos bélicos (cuantitativa y cualitativamente hablando)
y sin la formación militar mas elemental.
El
término soldados incluye también a los muy profesionales
e intrépidos aviadores que ofrendaron sus vidas en misiones
casi suicidas y a algunos oficiales que hicieron honor al mandato
sanmartiniano, como fue el caso del TENIENTE 1º TOTO ESTEVEZ.
¿Pero
quien fue Toto?. Al igual que el que escribe ambos nacimos en la
colorada tierra misionera. Fuimos además a la misma escuela.
Vivíamos en la calle San Lorenzo uno frente al otro. Largas
horas pasaba yo en su casa junto a su familia constituida por su
padre, madre y 5 hermanas mayores.
Por
aquellos tiempos, nadie iba a las salitas; ni al jardín;
ni al preescolar. Eran nuestros padres los que nos enseñaban
a leer, mucho antes de iniciar la escuela primaria y no como ahora
que se termina de aprender a leer en el 3er. o 4to. grado. Tampoco
teníamos internet ni la inseguridad de hoy día, por
eso nuestras amistades eran cara a cara sincera como la de los niños
de esos años, no había espacio para otra cuestión
que no sea gozar de nuestra etapa infantil. Nuestro desafío
era poder jugar, no importa con que cosa o juguete ni tampoco nos
desesperábamos por tener y exhibir a los restantes niños
que teníamos lo último de lo último. Por ese
entonces, muchos de nuestros juguetes habían sido utilizados
por nuestros padres y/o abuelos y eran ellos nuestra herencia mas
preciada.
Jugar
a la bolita, al hoyo, al cinco, a la mancha, a las escondidas, tener
el álbum de figuritas de los equipos de Buenos Aires, cuyas
formaciones conocíamos de memoria, jugar picados de fútbol
con pelotas Nº3 con tiento (luego las de goma), al trompo,
a la pandorga, construir diques de arena y arcilla en las cunetas,
y ya mas grandecitos con ayuda de nuestros viejos hacer posible
que se disponga de un karting (así lo llamábamos)
a un carro de madera con engranajes de rulemán como ruedas,
jugar a tarzán, leer las revistas de superman y Batman y
la de los superhéroes de la editorial Novaro de México
y nos las prestábamos para que todos pudiésemos disfrutar
de su lectura o bajo las lluvias torrenciales correr sobre los charcos
de agua descalzos.
No
había entre nosotros nada que nos dividiera nos sentíamos
todos iguales a la hora de compartir los elementos, sin egoísmos,
sin envidias, sin preconceptos, sin desconfianza, no solo yo creo
que todos los chicos éramos sin duda FELICES EN NUESTRAS
VIDAS Y DE IGUAL MANERA EN NUESTROS JUEGOS, no había divorcio
alguno entre nuestra vida hogareña y la que compartíamos
con nuestros amiguitos.
Por
ese entonces ya, el querido Toto se diferenciaba del resto por ser
aficionado sobre todo a dos cuestiones: ir a la catedral al grupo
parroquial (estábamos a 3 cuadras) y a jugar largas horas
a los soldaditos (tenía cientos), su mayor disfrute era armar
“teatro de operaciones” llenos de obstáculos
para las fuerzas, a su paso siempre aparecían montañitas
inaccesibles, selvas impenetrables, ciénagas, fortalezas
reforzadas, caminos quebradizos, es decir, todo lo que pudiera impedir
el avance de las tropas hasta los objetivos. Recuerdo que sorteábamos
la composición de los ejércitos y luego las armas
auxiliares, tanques, ametralladoras, morteros, etc. luego cada uno
ubicaba sus tropas conforme su parecer para iniciar la supuesta
guerra.
Por
cierto con la luz que me daba mi cerebro intentaba hacerle frente
a las fuerzas de Toto, sin embargo no había táctica
ni estrategia que lo venciera, el ganaba los enfrentamientos a razón
de 5 x 1, siempre se aparecía con alguna novedad, a veces
ante tantas derrotas pensaba yo que lo ayudaba su padre, pero no
era así, siempre se destacaba en lo que mas le gustaba. Esas
derrotas y esos triunfos a ambos nos ponía bien, lo que mas
nos importaba era jugar hidalgamente sin trampas.
No
existían a esa edad temas ideológicos que nos separasen
como creo que pasó con el correr de los años, en esos
momentos de comunión ya irrepetibles lo único que
nos interesaba era divertirnos y ser leales entre ambos.
Pero
como todo lo bueno nada es eterno, la llegada al mundo de mi hermano
Carlos nos hace mudarnos a Buenos Aires. Cómo cambió
el mundo para mi de un día para otro. En los primeros tiempos
los pibes de la cuadra se reían porque yo salía a
la vereda en patas, allá en misiones solo usábamos
los sport para pasear todo lo demás lo hacíamos descalzos
y las burlas para nada maliciosas de los chicos del nuevo barrio,
me transportaban a diario a Posadas, sólo pensaba en Pedrito,
Ajó y siempre en Toto. Así pasaron los años
los caminos de la vida nos separaron pero los recuerdos aunque decayeron
jamás dieron lugar al olvido.
Pero
como los salmones, los provincianos siempre tendemos a volver a
nuestro terruño natal y es por eso que allá por los
años 90, tuve la imperiosa necesidad de reencontrarme con
mis afectos de la niñez volví tan solo para reencontrarme
con mis ex maestras de la Escuela Domingo Faustino Sarmiento y mis
amigos de la infancia. Volví a caminar por las mismas calles
que me vieron crecer y por las que transité en los años
60, pero la casa de Toto ya no era de Toto, allí estaba ahora
el consulado paraguayo, tampoco los hermanos Ábalo ya no
vivían en la misma casa. Sólo pude encontrar al ahora
contador Marcelo, a quien siempre recordaba porque a él -unos
años antes que a mí. la vida le había obsequiado
un hermanito diferente que prácticamente vivía oculto,
pero al que yo conocí…un hermanito muy parecido a mi
hermano Carlos que fue la razón por la cual mi padre resolvió
que nos mudáramos a Buenos Aires.
Bueno,
ya casi a la tardecita luego de pasar por las dos plazas mas importantes
de la ciudad, es que me dirigía para la vieja terminal de
ómnibus de Posadas, que antes parecía encontrarse
a varios kilómetros de distancia, pero que ahora estaba ahí
nomás. Iba soñando despierto pero cansado de tanto
caminar, por lo cual, me detuve y procedí a sentarme en el
banco de una placita. Grande fue mi sorpresa cuando al girar la
cabeza casi atónito leo: “PLAZOLETA TENIENTE 1º
TOTO ESTEVEZ”. Me alegré en principio al leer su nombre
pero inmediatamente me di cuenta que seguramente ya no estaría
con nosotros. En unos segundos pasaron por mi mente miles de preguntas,
una de ellas me atrapó: ¿Habrá muerto Toto
en Malvinas?.
Sin
mas le pregunté a unos parroquianos del lugar que había
pasado con la vida de Toto, enterándome en ese momento que
él como otros tantos misioneros había muerto en Malvinas
combatiendo como un héroe. ¡No esperaba menos de Toto!,
recordé nuestra infancia común y se me anudó
la garganta (como cuando escribo estas líneas) para luego
llorar como cuando éramos niños.
Vuelto
a Buenos Aires, busqué y busqué datos de la familia
Estévez hasta dar con el teléfono de una de sus cinco
hermanas. Con ella me enteré de gran parte de su vida y como
aconteció su heroica muerte en Malvinas.
Por
su formación militar dogmática, los momentos de la
república que se vivían en los 70 y su catolicismo
ultramontano, de haber continuado nuestra relación posiblemente
hubiéramos discutido en términos políticos,
pero en el interior de nuestra alma creo que ambos seguiríamos
dispensándonos el cariño fraternal de siempre, eso
es lo que a mi 45 años después me importa. Porque
volviendo a Malvinas, al momento de la batalla de ponerle el pecho
a las balas, seguramente íbamos a hacer ambos la misma cosa
y defenderíamos el mismo sentir, pero fue su sangre misionera
y argentina la que regó el suelo malvinenses y no la mía,
yo estaba preocupado pero lejos del infierno, mientras él
perforado como un queso gruyere por el ataque británico ordenaba
a sus soldados la retirada, quedándose con todo el arsenal
disponible para afrontar su última batalla, la batalla que
lo ha inmortalizado mas allá de la muerte.
Yo
que lo conocí un poco bastante podría agregar que
mientras su cuerpo lo abandonaba su alma estaba orgullosa y feliz.
Él nació para vivir y morir como un soldado y así
lo hizo. No como el General Menéndez Gobernador defacto de
las Islas, que ante la superioridad inglesa, no tuvo problema alguno
en rendirse ante las tropas imperiales sin disparar un solo tiro.
Qué distinto hubiera sido su recuerdo si hubiera entregado
su vida con honor en el campo de batalla, pero no fue así,
el General seguramente estaba aburguesado, acostumbrado por ese
entonces a realizar operativos descomunales para asesinar a supuestos
subversivos era mucho mas fácil y lo hacían en nombre
de la patria, incluso cuando como forajidos tomaban por asalto los
bienes de los caídos en desgracia.
Por
eso y mucho mas, recuerdo con cariño a Toto mi amigo, quien
previendo quizás su irremediable destino, dejó una
carta post mortem para su padre, la que a continuación transcribo:
CARTA
DEL TENIENTE 1º TOTO ESTEVEZ HÉROE DE MALVINAS, A SU
PADRE:
Querido
Papá: Cuando recibas esta carta yo, ya estaré rindiendo
mis acciones a Dios Nuestro Señor. El, que sabe lo que hace,
así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de la misión.
Pero fijate vos ¡qué misión! ¿No es cierto?
¿Te
acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba
vehículos y armas, todo destinado a recuperar las Islas Malvinas
y restaurar en ellas nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre
Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente
de méritos, viva esta experiencia única deje su vida
en ofrenda a Nuestra Patria. Lo único que a todos quiero
pedirles es:
1º)
Que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo;
2º) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación
sea la apertura a la tristeza, y muy importante,
3º) Que recen por mí.
Papá,
hay cosas que, en un día cualquiera, no se dicen entre hombres
pero que hoy debo decírtelas:
Gracias
por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el
honor; gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico,
argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado,
gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar donde
vos sos el pilar. Hasta el reencuentro, sí Dios lo permite.
Un
fuerte abrazo. Dios y Patria o ¡”Muerte”!.
Roberto.
En
vísperas de un nuevo 2 de abril digo que recordar a Toto,
es recordar a todos los compatriotas que dieron su vida por la patria;
es recordar a los cientos de mutilados que volvieron al continente
escondidos por las fuerzas armadas; es recordar a los valerosos
aviadores fallecidos en combate cuya actuación es hoy estudiada
en las academias militares del mundo; es recordar a los que después
de volver fueron ya diferentes aunque no hayan participado en enfrentamientos
con el enemigo; es recordar a los que no pudieron soportar tanto
peso encima y se suicidaron y es recordar también a las madres
de los soldados que al igual que las madres de plaza de mayo, siguen
estando orgullosas de los hijos que parieron.
LUIS
ALBERTO MELLO
|
Vaya paradoja ser simpatizante de un club de fútbol que lleva
el nombre de un súbdito británico pero rebelde como
buen irlandés y que cooperara grandemente para la emancipación
de nuestra patria.
El
18 de abril de 1810 con la fragata "Jane", de su propiedad,
arribó a Buenos Aires en gestión comercial y permaneció
dos meses en la entonces capital del Virreinato, siendo testigo
de la gloriosa semana de Mayo.
Años
después, en la Banda Oriental dominada por los marinos realistas,
Brown luchó contra ellos. Apresó la goleta "Nuestra
Señora del Carmen" y la balandra "San Juan de Ánimas";
intentó abordar con un bote y veinte marineros al bergantín
de guerra "Cisne", y transportó también
armas, víveres y oficios del gobierno de Buenos Aires a los
patriotas de la Banda Oriental. Era pues un militante de la causa
de Mayo, cuando en marzo de 1814 el Directorio le confirió
el grado de Teniente Coronel y lo puso al frente de la escuadra
para que defendiese la libertad y el honor argentino.
El
1º de marzo de 1815 Posadas firmó el decreto por el
que era designado Guillermo Brown, Teniente Coronel y Jefe de la
Escuadra. Aquel momento señalaba una hora decisiva en el
glorioso destino de la marina de guerra argentina y de quien sería
entonces y para siempre su Almirante inmortal.
Martín
García, la isla que estaba en poder de los realistas, fue
bautismo de fuego para nuestra fuerza naval. El 11 de marzo de 1814
Brown inicia un ataque que es rechazado y vuelve a reanudarlo el
día 15, culminando la acción con la toma de la isla.
Las
fuerzas realistas que mandaba el Capitán de Navío
Jacinto de Romarate se retiran aguas arriba del Río Uruguay
derrotando en el Combate de la China a una pequeña fuerza
naval que Brown había mandado en su persecución, acción
que tuvo lugar el 28 de marzo de 1814 y en la cual halló
heroica muerte el Teniente de Marina Miguel Samuel Spiro.
Fragata
Hércules
El
genio estratégico de Brown vislumbra que una acción
naval contra Montevideo puede producir la rendición de esta
plaza que resistía desde casi cuatro años el sitio
de las fuerzas terrestres de Buenos Aires. Insiste Brown ante Posadas
y el Consejo de Estado sobre la necesaria urgencia de iniciar acciones
navales contra Montevideo y logra imponer su criterio.
El
14 de Abril de 1814 zarpa de Buenos Aires la fuerza naval al mando
de Brown, que iza su insignia en la fragata "Hércules",
y el pueblo de Buenos Aires contempla alborozado su partida.
Las
acciones contra la escuadra realista se libran en aguas de Montevideo
entre el 14 y el 17 de mayo de 1814, obteniendo Brown una victoria
completa. Los realistas incendiaron 2 de sus buques y 5 naves de
su escuadra entraron de nuevo a Montevideo.
El
triunfo de Brown en este combate trajo aparejada la caída
de Montevideo en poder de las fuerzas sitiadoras, hecho que se produce
el 23 de junio de 1814. Según San Martín la victoria
de Brown en aguas de aquella plaza era "lo más importante
hecho por la revolución americana hasta el momento".
Terminada
la campaña de 1814 emprende Brown con la fragata "Hércules"
que le fuera donada por el gobierno, un crucero por aguas de Chile,
Perú, Ecuador y Colombia, que inicia a fines de 1815 y abarca
hasta mediados de 1816. Llevó las ideas de libertad de la
Revolución de Mayo hasta aquellas regiones y fue precursor
de la gesta libertadora que llevaría a cabo San Martín.
"La
Escuadra Libertadora parte de Valparaíso hacia Perú"
Cuando
regresó a Buenos Aires, no quiso tomar parte en conflictos
internos y se retiró a su hogar, dedicándose al comercio.
Corría
el año 1825, el Imperio del Brasil, que entonces ocupaba
parte del Uruguay, alegando que las Provincias Unidas del Río
de la Plata habían apoyado la expedición de los treinta
y tres orientales y alentaban a los uruguayos a liberarse de la
ocupación brasileña, le declara el 10 de diciembre
de ese año la guerra a nuestro país.
El
21 de diciembre de 1825 una escuadra imperial al mando del Vicealmirante
Rodrigo José Ferreyra de Lobo bloqueó Buenos Aires.
Entonces el gobierno llamó al Almirante y el 12 de enero
de 1826 le confirió, con el grado de Coronel Mayor, el mando
de la Escuadra integrada por muy escasas fuerzas: los bergantines
"General Balcarce" y "General Belgrano" y una
vieja lancha cañonera, la "Correntina". Demostró
entonces Brown otra faceta brillante de su capacidad: la organización;
12 lanchas cañoneras fueron inmediatamente incorporadas y
al poco tiempo se incrementó el número de buques mediante
la adquisición de la fragata "25 de Mayo"; los
bergantines "Congreso Nacional" y "República
Argentina" y las goletas "Sarandí" y "Pepa".
El Almirante izó su insignia en la fragata "25 de Mayo".
Las
primeras acciones contra la flota brasileña tuvieron lugar
el 9 de febrero de 1826. Durante el combate la fragata "Itaparica"
buque insignia del almirante brasileño sufrió graves
averías y muchas pérdidas de tripulantes.
El
10 de junio de 1826 una poderosa fuerza brasileña se presentó
ante Buenos Aires, integrada por 31 barcos. Brown sólo disponía
de 4 buques y 7 cañoneras, pero era dueño de ese coraje
contagioso que se agranda ante la dificultad, y dirigiéndose
a sus tripulantes los arenga con estas palabras:
"Marinos
y soldados de la República: ¿Veis esa gran montaña
flotante? ¡ Son los 31 buques enemigos! Pero no creáis
que vuestro general abriga el menor recelo, pues no duda de vuestro
valor y espera que imitaréis a la "25 de Mayo"
que será echada a pique antes que rendida.
Camaradas:
confianza en la victoria, disciplina y tres vivas a la Patria!"
Momentos
después la nave capitana de Brown dio aquella consigna inmortal:
"Fuego rasante, que el pueblo nos contempla"
Poco
antes de las dos de la tarde se empeñó la acción
en toda la línea. Aumentó la angustiosa expectativa
de la muchedumbre agolpada en la ribera con la presencia de otras
naves que a toda vela acudían al lugar del combate. Era el
bravo Rosales que llegaba en ayuda del Almirante con la goleta "Río
de la Plata" y lo mismo hacia Nicolás Jorge con el bergantín
"General Balcarce". Para facilitar la maniobra de estas
dos naves atacó Brown con frágiles cañoneras
a uno de los más poderosos buques brasileños, la fragata
"Nitcheroy" y al despejarse el humo del combate se vio
que la fuerza enemiga se retiraba. Brown ese día recibió
del pueblo de Buenos Aires las pruebas más exaltadas de admiración
y gratitud.
El
Almirante Brown derrochó coraje y audacia sin límites
en el combate de Quilmes, librado el 30 de julio de 1826. A bordo
de la fragata "25 de Mayo", cuyo Comandante era el Coronel
de Marina Tomás Espora, y apoyado por el valiente Rosales
con su goleta "Río de la Plata", combatió
contra veinte naves enemigas. El buque de Brown soportó un
intenso cañoneo y el Almirante que instantes previos al combate
había comunicado a los suyos esta consigna: "Es preferible
irse a pique antes que rendir el pabellón", se ve obligado
a abandonar la "25 de Mayo" que es remolcada a Buenos
Aires y sigue la batalla a bordo del bergantín "República".
Ante el temor de quedar varadas las naves brasileñas se retiran
y la escuadra de Brown empavesada como en días de gala llega
al puerto de Buenos Aires.
"Combate
de Quilmes"
En
febrero de 1827, el Almirante Brown enfrentó al enemigo con
una fuerza equivalente en el combate de El Juncal. Esta acción
naval terminó con una derrota de las fuerzas brasileñas
y en ella tuvieron actuación destacadísima el comandante
del bergantín "General Balcarce", Francisco José
Seguí, y el comandante de la goleta "Maldonado",
Francisco Drummond.
Durante
ese combate fueron apresados doce buques brasileños, tres
fueron incendiados y únicamente dos pudieron escapar.
El
6 de abril de 1827 el Almirante Brown con una fuerza integrada por
los bergantines "República", "Independencia"
y "Congreso" y la goleta "Sarandi" zarpó
del fondeadero de Los Pozos con el objeto de realizar un crucero
sobre las costas brasileñas. Navegaban a la altura de la
Ensenada cuando debido a un error del piloto los buques encallaron
en la punta del banco de Monte Santiago. En esa situación
fueron sorprendidos por fuerzas navales brasileñas muy superiores
y durante el 7 y 8 de abril de 1827 debieron soportar un infernal
fuego del enemigo. Las naves patriotas causan graves averías
en los buques enemigos y resisten hasta que en algunas se carece
de municiones. Drummond que era comandante del "Independencia"
cae herido mortalmente cuando se dirigía en busca de municiones.
Antes
de permitir que la "República" e "Independencia"
sean apresadas por el enemigo, Brown ordena incendiarlas luego de
pasar a sus tripulaciones a los otros dos buques, y emprende el
regreso a Buenos Aires.
En
el mes de agosto de 1828 finaliza la guerra contra el Brasil y entonces
Brown se retira a la vida privada no queriendo tomar parte en la
lucha que durante más de veinte años librarían
unitarios y federales. Esa era su intención pero el bloqueo
a que es sometido Buenos Aires por parte de las fuerzas inglesas
y francesas cuyo comienzo data desde el año 1838 hace que
el viejo Almirante vuelva al servicio activo. Comprendía
que el pabellón celeste y blanco enfrentaba un peligro y
él nuevamente estaba listo para defenderlo.
En
el Río de la Plata que había sido escenario de combates
en las guerras de la Independencia y contra el Imperio del Brasil,
realizó otra vez jornadas de epopeya: bloquearía a
Montevideo burlando la flota inglesa; causaría derrota tras
derrota a las naves del Uruguay que presidía Rivera que había
abierto hostilidades contra Rosas. El 15 de agosto de 1842 el Almirante
Brown en aguas del Río Paraná en Costa Brava, derrota
a una fuerza naval riverista que era comandada nada menos que por
el héroe italiano José Garibaldi. "Déjenlo
escapar, ese gringo es un valiente" es la orden que Brown imparte
a sus subordinados cuando pretendían perseguirlo para ultimarlo.
Producida
la caída del régimen que encabezaba Rosas, muchos
marinos fueron eliminados del escalafón activo de la Armada,
pero no el Comandante de la Escuadra de la Confederación.
Por el contrario, el Ministro de Guerra y Marina le cursa al Almirante
Brown una comunicación manifestando: "El Gobierno con
esa medida ha consultado la decidida predilección a que V.E.
tiene títulos por sus viejos y leales servicios a la República
Argentina en las más solemnes épocas de su carrera".
Retirado
en su quinta de Barracas fue visitado por Grenfell que había
sido su adversario en la guerra contra el Brasil. Al manifestarle
aquél cuan ingratas eran las Repúblicas con sus buenos
servidores, contestó el anciano Almirante: "Señor
Grenfell, no me pesa haber sido útil a la patria de mis hijos;
considero superfluos los honores y las riquezas cuando bastan seis
pies de tierra para descansar de tantas fatigas y dolores".
El
3 de marzo de 1857 fallece el Almirante Brown y el gobierno decreta
honras al ilustre marino que, como decían los considerandos
de la resolución oficial "simboliza las glorias navales
de la República Argentina y cuya vida ha estado consagrada
constantemente al servicio público en las guerras nacionales
que ha sostenido nuestra Patria desde la época de la Independencia".
|
Hace 15 años la legislatura porteña sancionó
una Ley que dispone las tareas de infraestructura para los arroyos
que circulan desde hace 80 años entubados bajo el subsuelo
de la ciudad sean convenientemente modernizados y ampliados en su
capacidad.
Los
arroyos que se encuentran en ese estado en la CABA son: el Maldonado,
el Vega, el Medrano, el White, el Ugarteche, el Erezcano y el Cildañez.
De
todos ellos, supuestamente el único que había completado
sus reformas era el arroyo Maldonado, recientemente presentado como
“LA OBRA” por el GCBA, pero que lamentablemente ante
la reciente lluvia “hizo agua” cuando nadie lo esperaba,
pero hay que reconocer que en mucho menor medida que tiempo atrás.
Luego del último meteoro nos enteramos que van atrasadas.
Habrá
que investigar entonces porqué causales el Maldonado vuelve
a inundar zonas residenciales, situación que no debería
haber acontecido, pero que se repite una vez más. Sería
interesante que tome cartas en el asunto la justicia y los organismos
de contralor de la ciudad para que verifiquen si las obras de los
canales aliviadores presentan fallas estructurales o se han incurrido
en negligencias de cualquier otra naturaleza durante las obras,
a fin de regularizar la situación a la brevedad.
Ante
esta realidad, hoy nos preguntamos cual ha sido la conveniencia
de entubarlos en lugar de dejarlos a cielo abierto como sucede en
las grandes ciudades europeas e incluso en la Ciudad de Córdoba.
Con
referencia a los otros dos arroyos que causan inconvenientes periódicamente
el Vega y el Medrano digamos que las obras de estos emprendimientos
lamentablemente se encuentran demoradas.
El
arroyo Vega recorre los barrios de Villa del Parque, Agronomía,
Parque Chas, Villa Ortúzar y Belgrano. El Medrano, nace en
el conurbano bonaerense y pasa por los barrios porteños de
Saavedra y Núñez.
Para
el Vega, el Plan vigente contempla la necesidad de “incrementar
la capacidad del emisario actual mediante un túnel aliviador
cuyo tramo es de 8,40 kms. de longitud y la construcción
de una cámara cilíndrica vertical de descarga que
se agota aguas del Río de la Plata.
Para
el Medrano, estaba proyectado incrementar la capacidad del emisario
principal mediante la construcción de un túnel aliviador
de cerca de 5,18 km. de longitud, donde se incluía además
la construcción de una obra de cabecera que derivaría
caudales del emisario existente.
Pero
como siempre quien afirme acabar con las inundaciones de un día
para otro, será cuestionado desde el punto de vista técnico,
sabemos que hay voces que dicen que pese a haber sido entubados
los arroyos al estar en pendiente el agua fluye hacia sus cauces
originales cuando las precipitaciones superan los 50 mm.
Frente
a esta cantidad de lluvia caída en tan corto plazo, dicen
además que no existe sistema de desagüe que soporte
estos guarismos y si a esto le sumamos que las alcantarillas y sumideros
en su mayoría se encuentran taponadas por la falta de mantenimiento
y la falta de conciencia social de todos nosotros.
Hasta
el día que se puedan solucionar los graves problemas que
históricamente tenemos en la Ciudad de Buenos Aires cada
vez que llueve intensamente, todavía vamos a ver pasar mucho
agua bajo el puente.
Luis
Alberto Mello.
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