08/02/2010 |
EL
ESPACIO DE LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DE LA CABA |
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Reclamo
por molestia de cartoneros:
Esta Defensoría del Pueblo ha tramitado gran cantidad de actuaciones
en las que se denuncia la ocupación indebida del espacio público
realizada por cartoneros o recuperadores urbanos.
Se recomendó al Director General de Reciclado, Pablo José
Fornieles que implemente los programas necesarios a fin de cumplir
con lo estipulado en la Ley 1854 “Basura Cero”, y analice
la posibilidad de reubicar en Centros Verdes a los Recuperadores Urbanos
que realizan sus actividades en forma desordenada en la vía
pública; además de efectuar una campaña de difusión
y concientización del vecindario sobre el funcionamiento de
estos establecimientos.
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ENTRE
EL CIELO Y EL INFIERNO: LA POLICIA METROPOLITANA |
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La
puesta en marcha más anunciada del mundo está a un paso
de concretarse. Aunque parezca mentira, la tan debatida Policía
Metropolitana está a horas de ponerse en funcionamiento. Finalmente,
el día D quedó fijado para este viernes 5. Y de esa
manera, la tan ansiada concreción del proyecto se convertirá
en la apuesta fuerte del macrismo para el año que recién
comienza.
El dato clave que posibilitará la salida a la calle de los
efectivos está íntimamente relacionado con los acuerdos
que se cerraron con las autoridades de la Policía Federal.
“Logramos un pacto de colaboración con los jerarcas de
la fuerza, que delimita con claridad las jurisdicciones de cada una
de las instituciones y restablecimos los lazos de cordialidad, que
se habían roto luego de las declaraciones cruzadas que se produjeron
entre la administración porteña y los azules, por la
polémica salida del ex jefe de la Metropolitana, el ex comisario
Jorge ‘el Fino’ Palacios. Teníamos en claro que
sin el visto bueno y la ayuda de los ‘federicos’ no podíamos
salir a la calle y ése es el principal motivo de la tardanza.
La demora de la puesta en marcha se debió a la lentitud de
la Federal para cerrar los acuerdos necesarios”, le explicó
con una honestidad a prueba de balas y amparado, un alto oficial de
la fuerza porteña, al dar los motivos de la demorada presentación
en público de los nuevos uniformados. El jefe de la Metropolitana,
Eugenio Burzaco, prefirió un discurso más diplomático
y de ocasión para referirse al tema. “La Policía
cuenta con 850 hombres, de los cuales un poco más de 500, saldrán
a la calle entre el viernes y el lunes, para controlar las contravenciones,
las faltas y los delitos correccionales. Van a estar en determinados
barrios específicos. Primero vamos a trabajar en la Comuna
12, la cual está integrada por los barrios de Villa Pueyrredón,
Saavedra, Coghlan y Villa Urquiza; y también en parques, plazas
y zonas comerciales de otros lugares”, informó el hombre
fuerte de la policía porteña. En los próximos
días sólo se dará el primer paso de la puesta
en marcha de la fuerza, ya que la idea oficial es que a lo largo del
año entren en funciones los casi 16 mil agentes con los que
contará la Metropolitana, de los cuales 12 mil estarán
destinados a tareas de calle. A eso se sumará la creación
de una comisaría por cada una de las 15 comunas que tiene la
Ciudad de Buenos Aires.
Los
efectivos, además, ganarán en promedio el doble que
otras policías provinciales y tendrán acceso a una
línea de créditos del Banco Ciudad para poder comprar
casas. Por otro lado, tanto al Jefe de Gobierno, Mauricio Macri,
como Burzaco pretenden avanzar con proyectos legislativos que limiten
la venta ambulante y el trabajo de los cuidacoches. “Con un
marco legal actualizado y adecuado se mejorará el trabajo
de la Metropolitana y se beneficiará a los vecinos”,
le manifestó a NU un legislador de Propuesta Republicana
(PRO). Pero no todas son rosas.
Varias
cuestiones preocupan a las autoridades de la policía local.
“Las constantes críticas que recibimos por parte de
un sector de la oposición, incluso antes de que la fuerza
esté en la calle, nos despiertan ciertas sospechas sobre
los palos en la rueda que se le ponen a la Metropolitana para su
futuro accionar. La utilización política que hizo
el progresismo del tema de la picana portátil no fue para
nada constructivo y sólo beneficia a los núcleos de
la Federal que siempre se opusieron a la nueva institución.
Parecen actuar como idiotas útiles, criticando a una fuerza
que todavía no existe, como si los ‘federicos’
y la Policía Bonaerense fueran santos”, se quejó
ante Noticias Urbanas un operador de Burzaco, al mencionar las críticas
efectuadas por la oposición macrista. Las suspicacias sobre
cierto encono que mantendrían fuertes sectores de la Federal,
por la instalación cercana de futuros competidores, crecieron
de manera alarmante en los despachos del Ministerio de Justicia
y Seguridad del Gobierno porteño, el jueves 7 de enero, cuando
se le robaron dos uniformes policiales a un integrante de la Metropolitana.
A fines de la última semana de enero, los uniformes fueron
hallados en una vivienda del conurbano bonaerense, pero las motivaciones
del robo siguen siendo confusas. Aunque las sospechas del PRO apuntaron
a los federales, otra versión acusaba a un grupo de nuevos
oficiales de la Metropolitana, quienes tendrían relación
con una banda de delincuentes bonaerenses. Con los datos sobre el
tapete, lo que para muchos será un beneficioso lanzamiento,
para otros está cargado de augurios amenazantes.
Fuente: Noticias Urbanas.
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RESPUESTA
DE NORBERTO GALASSO A PINO SOLANAS |
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El
19 de enero último, desde INFOSUR, página web de Proyecto
Sur, me han lanzado un agravio que me veo obligado a responder. Desde
INFOSUR me califican de “gran historiador”, autor de “un
libro fabuloso”, “una obra clásica sobre la Deuda
Externa”, al igual que la “maravillosa biografía
San Martín” y me tratan reiteradamente de “querido
compañero”, para, después, lanzarme esta baja
puñalada: “¿Qué hacemos ahora con esas
cuatrocientos páginas (del libro sobre la Deuda Externa)...?”,
como diciendo: “nos las vamos a meter en cierta parte”
pues el autor sería un traidor, se habría quebrado,
estaría al servicio del gran capital financiero internacional.
Todo esto con motivo de que he sostenido que “ahora es difícil
desentrañar la ilicitud de parte de la deuda” y que varios
gobiernos le han dado “una especie de legalización”
al renegociar sobre ella aunque igualmente “hay que investigar
los ilícitos”, pero que lo más importante “es
unir a América Latina en el no pago y patear el tablero”
porque la cuestión no es tanto tener razón “sino
tener fuerza”. Curiosamente, la nota de Infosur prueba mi coherencia.
Se inicia con una frase de mi libro: “La deuda ha operado como
un instrumento de saqueo y sumisión semicolonial” (2002).Y
concluye con otra declaración mía, actual: “Ahora
hay que favorecer la unidad latinoamericana y proponer que todos los
países denuncien que fueron estafados y que no se paga”.
Mayor coherencia, imposible. En “Cash”, del 24/1/2010,
sostuve lo mismo: “Hay que investigar y reforzar nuestro poder
para decidir en conjunto. A las finanzas internacionales no les importa
cuándo (ni cómo) se contrajo la deuda. Hay que finalizar
este proceso de otra manera, a partir de la unidad latinoamericana,
donde todos los países puedan expresar una opinión común
frente a los acreedores internacionales”. Es decir, hay que
investigar y hay que poseer suficiente fuerza para no pagar. Hoy no
contamos ni con una cosa, ni con la otra, pero el objetivo final es
el no pago.
Disentimos, eso sí, en la táctica, como también
disentimos en la táctica general que desarrolla Proyecto Sur
en política.¿En que disentimos? En primer término,
en que no se trata de quien grita más fuerte ni quién
se escandaliza moralmente contra los piratas internacionales, sino
en tener la fuerza suficiente: un pueblo movilizado y consciente del
problema, capaz -como lo han sido los cubanos- de aguantarse todas
las represalias, inclusive un bloqueo. Por eso, es imprescindible
una acción concertada de América Latina -que va camino
a su unificación- para patear el tablero.
En la discusión con los filibusteros, estábamos mucho
mejor parados en 1983, como ha dicho la Presidenta, porque salíamos
de una dictadura y habíamos allanado el estudio Klein Mairal
y Olmos había presentado su acusación... pero también
es cierto que no teníamos fuerza y Alfonsín tampoco
tuvo audacia y concluyó claudicando en ésta, como en
otras cuestiones. Después hubo canje de títulos que
complican nuestra argumentación respecto al comprador de buena
fe y sucesivos gobiernos pagaron y renegociaron y se negaron a analizar
lo rescatado en el estudio Klein, así como la acusación
de Olmos que el juez Ballesteros remitió al Congreso.
En 1999, recuerdo que fuimos al Congreso con Olmos, Norberto Acerbi,
Luis Donikian, Carlos Juliá y unos pocos más -no estaban
muchos que ahora levantan su voz y celebro que ahora lo hagan-, pero,
entre los diputados, solo Alfredo Bravo y Luis Zamora –más
allá de mi disidencia política con ellos- se preocuparon
por escuchar el alegato de Olmos. Y no pasó nada. Después
vinieron otras negociaciones, entre ellas, la quita de la época
kirchnerista. Nos guste o no, implícitamente también
la quita significó lo que llamé “una especie de
legalización” y que tanto ha irritado a Infosur. Pero
de ninguna manera digo que no hay que investigar. Tampoco propongo
no pagar mientras no tengamos fuerza para desconocerla.
En fin, insisto, se trata de diferentes tácticas, porque las
tácticas cambian según el momento histórico y
no hay por qué injuriar ni descalificar cuando coincidimos
en lo central: que fue una estafa y que, cuando podamos, debemos declarar
que la deuda es cero. Ahora bien, como el “querido compañero”
se preocupa y no sabe en qué lugar colocarse mis 400 páginas
del libro De la Banca Baring al FMI, voy a tranquilizarlo con respecto
a mi supuesta traición.Entonces, empiezo para disipar dudas:
con 50 libros publicados (discúlpeme pero hay tanto soberbio
suelto que por una vez puedo violar mi modestia) nunca he sido invitado
al programa de Mariano Grondona, ni he almorzado con Mirtha Legrand,
ni me he abrazado con gorilas como Carrió, ni he coincidido
con Pinedo (ni el abuelo, ni el nieto), ni he sido cómplice
de la Sociedad Rural en ninguna votación.
Tampoco me reportean ni “La Nación” ni “Clarín”,
así que puede estar tranquilo. Esa gente sí tiene conciencia
de clase, no la que supone Pitrola que deberían tener los trabajadores.
Son clasistas en serio y hay que tener cuidado porque a veces son
muy amables y si pueden, lo usan a uno.Le sigo contando para que vea
que no estoy “quebrado”. Vivo en Parque Chacabuco, un
barrio de clase media, en una casa con pileta... de lavar la ropa.
Una sola casa (herencia familiar) no dos, porque se sabe que alguna
gente tiene dos: una para vivir y otra para albergar el ego. Tampoco
tengo auto. Viajo en subte (vocación de minero, como decía
Unamuno).
Futbolísticamente soy de San Lorenzo que ya es demasiada carga
para andar por la vida. Cobro la jubilación mínima y
subsistimos con mi familia con algunos derechos de autor y un modesto
alquiler de un local de esa vieja casa paterna... Usted, “querido
compañero”, dirá seguramente: -Aquí te
pillé, ¡eres rentista! (Carlos Marx seguramente no me
lo reprocharía y sabría comprenderme ya que, salvando
las distancias, no tengo ningún Federico Engels a mano).
No soy revisionista a secas, como usted dice, confundiéndome
(por ignorancia o por picardía) con Ibarguren o Irazusta. No
soy rosista, soy de la línea: Moreno, Artigas, Dorrego, los
caudillos federales (en especial El Chacho y Felipe Varela), el PAN
en su época anti-mitrista, Yrigoyen y Perón. Esta reivindicación,
hecha desde una Izquierda Nacional, que apoya todo movimiento antiimperialista
tratando siempre de mantener su independencia ideológica, política
y organizativa, es decir, “Frente Obrero” en el 45, representada
luego, por bastante tiempo por Abelardo Ramos, salvo sus últimos
años.
Asimismo, me siento latinoamericano de Martí, Sandino, Fidel,
El Che, Evo, Chávez, Correa y tantos otros. Me considero, sobre
todo un militante y por ello he sacrificado mi interés por
la literatura y la cinematografía. En música, cero.
Salvando también la distancia, digo, como Jauretche, que no
distingo la marcha peronista de la marcha de la libertad. Desde esa
perspectiva de I. N., estoy más a gusto en la CGT de Moyano
o en la CMP de D’Elía, que viajando por Europa o asistiendo
a fiestas de embajada. No soy kirchnerista pero apoyo a este gobierno.
Lo considero lo mejor que hubo desde que murió Perón,
más allá de limitaciones y carencias, que son propias
de una sociedad fuertemente golpeada por la dictadura genocida, la
frustración de Alfonsín, la traición de Menem,
la estupidez de De la Rúa, el derechismo de Duhalde, etc..
Me defino así porque creo conocer donde está el enemigo
principal, la correlación de fuerzas y el nivel de conciencia
política de los trabajadores y de los sectores medios (algunos
de éstos, me aterran). Por eso, jamás se me ocurriría
hacerle juicio penal a Cristina por mal desempeño, porque no
corresponde y porque la pondría al borde del juicio político,
para solaz de Cobos y la “nueva unidad democrática”
y además porque entonces eso debiera habérselo hecho
a todos los presidentes anteriores (incluso legisladores) y hacerlo
ahora es demasiada complicidad con los destituyentes.
Este gobierno avanza todo lo que puede y si llegase a caer, no deliremos
que va a venir algo mejor, sino la derecha más reaccionaria.Algo
más: integro la corriente política Enrique Santos Discépolo,
dirijo el mensuario “Señales Populares”, adscribo
a Carta Abierta. En lo fundamental, tengo la certeza de que el futuro
es nuestro, de los trabajadores, en el camino de la liberación
nacional y la unidad latinoamericana, hacia el socialismo. Sólo
ocurre que, “como lechuza largamente cascoteada”, sé
distinguir los enemigos y los tiempos.
Creo que Trotsky era el que decía que hay gente que confunde
1905 con 1917 ó, ahora en el bicentenario, 1810 con 1816. Y
para terminar, me acuerdo de Cooke. El le decía a Hernández
Arregui: el intelectual se define sobre el trazo largo de la historia,
pero el político tiene que definirse hoy y aquí, todos
los días, teniendo presente aquellos objetivos finales, pero
sin perder conciencia de en qué momento y en qué lugar
está actuando.
Creo que algo de esto es lo que nos aleja. Disculpen la extensión
pero, en verdad, preferiría que no se ocupasen de mí
y profundizasen la discusión sobre la naturaleza histórica
del kirchnerismo y cuál es la mejor forma de ayudar a Argentina
y al resto de América Latina en estas luchas que van hacia
el 2011.
Con un saludo, Norberto Galasso.
Gentileza
del autor para BUENOS AIRES – CIUDAD KRYPTON DIGITAL.
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EDITOR
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Luis Alberto Mello.
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