Desde
que asumió Mauricio Macri las grúas se volvieron más
voraces que nunca y atacan desbocadamente a los incautos que dejan
sus automóviles estacionados en lugares no permitidos. Casi
siempre, el fin es puramente recaudatorio y no el de remover un
vehículo que constituya un obstáculo en la vía
pública. Ejemplo de esta actitud son los casos en los que
un automotor es removido porque a su propietario le venció
la ficha del parquímetro. O las trampas cazabobos, que en
este mismo semanario denunció semanas atrás la Asociación
Malditos Parquímetros, como las pintadas de amarillo que
las empresas que ostentan el manejo de las grúas (SEC y STO)
–cuyos contratos están ampliamente vencidos–
hacen en los cordones de las ochavas superando los cinco metros
que deben permanecer libres según la Ley Nacional de Tránsito.
Según la ONG, estas pintadas suelen abarcar una longitud
de ocho metros o más. Parquímetros y cazabobos no
hacen otra cosa que agravar un problema de fondo: no sólo
el tránsito está colapsado, también lo está
el estacionamiento en la vía pública.
Ante este panorama, el legislador Sergio Abrevaya (CC) presentó
un proyecto de ley para permitir el estacionamiento en la mano izquierda
en las calles interiores de los barrios porteños, con más
de ocho metros de ancho y en las que no pase el transporte público.
Actualmente, salvo contadas excepciones, sólo está
permitido hacerlo del lado derecho. Días atrás, su
colega Pablo Failde (Identidad Porteña) también presentó
un proyecto de ley, en el mismo sentido, que declara la emergencia
en esta cuestión. El proyecto de Abrevaya también
establece una serie de restricciones, estudios y requisitos a las
pruebas de tránsito que está realizando el Gobierno
porteño, como la apertura de contracarriles o la creación
de dársenas de carga y descarga. Ambos miembros de la Comisión
de Tránsito y Transporte de la Legislatura fueron entrevistados
por Noticias Urbanas, que también recabó las respuestas
de su presidente, Daniel Amoroso (PRO) así como del subsecretario
del área, Guillermo Dietrich. Amoroso derivó su discurso
en Solange Mazzeo, la especialista que lo asesora.
Abrevaya asegura que en este tema, “como en otros, el gobierno
de Macri no tiene norte. Toma medidas, en algunas acierta y en otras
se equivoca, pero no tiene norte. Tenemos una crisis aguda del tránsito
en el micro y el macrocentro y en las centralidades barriales, Belgrano,
Acoyte y Rivadavia, Nazca, Cuenca y Rivadavia”, dispara el
legislador. “Hasta que no dupliquemos la red del subte –subraya–
vamos a estar en problemas serios. Pero aun así, no estamos
en una ciudad asiática. La realidad es que si hasta ahora
(antes de la doble mano) ibas por Triunvirato y Corrientes hacia
el centro, recién se te empezaba a complicar a la altura
de Agüero, es decir a unas pocas cuadras del macrocentro. Es
bueno que haya menos autos para que haya menos contaminación,
pero hasta que no tengas transportes que vinculen a los barrios
entre sí, no podés desalentar todo al mismo tiempo.
Hasta que no haya subtes y no mejoren los trenes tenés que
fijarte muy bien qué hacés. Tenés que desalentar
el uso de automóviles particulares en el microcentro pero
no en zonas barriales por las que pasa un solo colectivo. ¡No
hay que ser fundamentalista!” Luego describe su proyecto:
“Permite estacionar en la mano izquierda de todas las calles
que no sean primarias ni secundarias, que no sean interconexiones
entre barrios sino calles internas, terciarias, que tengan más
de 8 metros de ancho y por las que no pasen colectivos. Terminaríamos
así con este flagelo de Macri, que ha decidido perseguir
a los autos en todos lados y todo el tiempo”.
Abrevaya
señala: “Las grúas, que de acuerdo al vencidísimo
pliego de licitación sólo podían actuar hasta
Pueyerredón, fueron autorizadas a actuar en todas partes.
Buenos Aires es una zona liberada para las grúas. Lo que
hace preguntar si verdaderamente Macri quiere disuadir el uso de
los autos particulares para mejorar la calidad de vida de los porteños
o lo que busca es recaudar. Para nosotros está claro que
se trata de lo segundo, y de ahí que surge este proyecto.
Es bueno recordar que no se hicieron las 40 playas subterráneas
que aprobamos que se hicieran. Son dos sistemas de playas que hacen
privados a cambio de una concesión por 20 años. Las
vecinales son para mejorar la falta de estructura en los barrios
y el 70 por ciento de las cocheras deben ser alquiladas a vecinos
que no vivan a más de 400 metros de la boca de entrada y
salida. Las disuasorias son para que dejes tu vehículo y
puedas pagar una tarifa barata si demostrás que luego de
dejarlo abordaste un transporte público. Ahora… al
auto lo vas a poder dejar en Monroe si termina de llegar el subte.
No podés hacer de cuenta que la gente, pudiendo elegir, va
a insistir en moverse en su auto de pura cabeza dura. No podés
aumentar los peajes de las autopistas sin promover que más
líneas de colectivos tengan más y mejores servicios
por esas autopistas”. “
Es todo para recaudar y nada más –continúa el
diputado porteño–. Si no, ¿cómo se entiende
que hayan autorizado a las empresas (por STO y SEC) a tapar con
stickers la parte de los carteles de ‘prohibido estacionar’
que dice que esa prohibición no rige entre las 21 y las 7
de la mañana y de las 13 de los sábados a las 7 del
lunes? Lo hicieron estableciendo una zona gris: la resolución
56 de la Subsecretaría de Tránsito que, de hecho,
prohibió el estacionamiento las 24 h oras. Ante la cual las
empresas dicen ¡iupi!, ¡iupi! Es bueno recordar que
cuando les dieron autorización para poner parquímetros
desde Pueyrredón hasta Juncal, los pusieron hasta Las Heras.
Cuando lo interpelamos al director general de Tránsito (Oscar)
Fariña y le reprochamos que todo fuera con fines recaudatorios,
ponía los ojos en blanco y señalaba con ambos índices
el techo. Aceptaba así tácitamente que lo hacía
por órdenes de arriba. Fijate cuánto subió
la recaudación por multas. ¡Subió muchísimo!”
Acto
seguido, Failde describe su propuesta: “Presenté un
proyecto que declara la emergencia en el sistema de estacionamiento
de la Ciudad. Aumentó mucho el parque automotor y no hay
lugares para estacionar. Hay pocos garajes porque esos terrenos
son muy preciados para construir edificios, por lo cual en los barrios
son muchos los que se han eliminado. Además no se ha avanzado
nada en lo que hace al subte, ni a las playas de estacionamiento
que el gobierno porteño debe licitar. Ante esta situación
caótica, propongo que se ermita estacionar en la acera izquierda
de las vías terciarias de los barrios, siempre que tengan
ocho o más metros de ancho y no circulen por ella transportes
públicos. Además me meto con el sistema de cajones
azules para la carga y descarga, un sistema que no funciona. Está
todo armado para generar multas, fotomultas, acarreos. Ahora hay
también un nuevo sistema con GPS para detectar a los que
están cometiendo infracciones. No me parece mal que se sancione
a quien está cometiendo infracciones, pero hay que garantizar
mínimamente que sea posible estacionar”.
Respecto a cuáles son las diferencias entre su proyecto y
el de Abrevaya, Failde aclara que el suyo “declara una emergencia
y le pone un plazo de cinco años, renovable por otros dos.
Y propongo que durante ese período se deje sin efecto la
prohibición de estacionar en los siete metros siguientes
a una línea peatonal y que se reduzca esa distancia a un
metro. Siempre mientras dure la emergencia y hasta tanto se regularice
el sistema de estacionamiento, hasta que se extienda la red del
subte y se hagan los estacionamientos proyectados. Porque actualmente
en muchos barrios, así los puedas pagar, no hay garajes.
Los podés ir a buscar a seis, siete cuadras y no encontrarlos.
Y hay muchas calles en los barrios que no tienen tránsito.
Que son anchas, empedradas y no pasan colectivos. Permitir que se
estacione en su mano izquierda es algo de sentido común,
que es técnicamente factible y que responde a una insistente
demanda de los vecinos, hartos de verse obligados a estacionar sólo
en la mano derecha, de que les hagan constantes fotomultas y que
encima también les secuestren los vehículos. A mí
me parece muy bien que se restrinja severamente el uso de autos
particulares en el microcentro, e incluso tengo presentado un proyecto
de ley en ese sentido. Pero hasta tanto no haya un plan integral
de tránsito, es necesario darles una respuesta a los vecinos.
El Estado debe garantizar que haya un buen transporte público
y seguidamente reprimir el uso de automóviles particulares,
no antes”
La especialista Solange Mazzeo, que asesora al diputado Daniel Amoroso,
presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte
de la Legislatura, explicó: “Estamos trabajando en
estrecho contacto con el subsecretario (Guillermo Dietrich) para
evaluar todas las disposiciones y ordenanzas que se han sacado y
reordenar el tema del estacionamiento. Se está trabajando
en eso. Las irregularidades que estamos encontrando van a tener
una solución. Se va a hacer de nuevo toda la cartelería
y se reglamentará el Código de Tránsito. Se
está trabajando arduamente en hacer un reordenamiento de
las zonas donde está permitido y dónde está
prohibido estacionar. Porque hubo una gran confusión. El
mensaje le va a llegar a la ciudadanía. Las conclusiones
a las que lleguemos se le van a bajar al vecino. Va a haber un trabajo
muy fuerte de los CGP. Esperamos que quede muy claro dónde
se puede estacionar y dónde no”.
Fuente
Noticias Urbanas.
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