El
Gobierno porteño gastó 50 millones de pesos más
de los previstos en obras para los subtes porteños debido
a una "deficiente planificación", según
lo determinó un informe de la Auditoría General de
la Ciudad.
Según
el informe, la gestión de Mauricio Macri suspendió
durante el año 2009 una serie de obras destinadas a ampliar
la red de subterráneas por falta de fondos. Pero cuando decidió
continuar los trabajos terminó desembolsando casi 50 millones
de pesos más que los previstos.
Los
mayores costos que se afrontaron, según el organismo de control,
se debieron a "la deficiencia de la planificación de
los proyectos" que encaro la Empresa Subterráneos de
Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE).
En
el informe se explica que en la Línea H, por ejemplo, se
planeó construir durante 2009 dos estaciones: Hospitales
y Parque Patricios, más un túnel entre ambas. Según
la auditoria, esa obra "estuvo paralizada entre marzo y diciembre
de 2009 en virtud de restricciones presupuestarias".
En
mayo de 2010, SBASE firmó un Acta Acuerdo con la contratista
para reiniciar los trabajos, por lo que el Estado porteño
se comprometió a abonar "sumas adicionales por un total
de 10.590.311 pesos".
En
la misma línea, entre febrero y julio de 2009 también
se frenó por falta de fondos la "construcción
de las Instalaciones de Centros de Potencia y Tracción para
la estación Corrientes".
La
Auditoría porteña detectó que SBASE le solicitó
a la contratista el envío de una propuesta para readecuar
el contrato ya que "en virtud de las restricciones presupuestarias
dispuestas (por el Gobierno de la Ciudad) no disponía de
fondos para comenzar la ejecución de los trabajos".
Pero por ampliar los plazos previstos, se le adicionó al
valor del contrato unos 680.437 pesos.
Las
readecuaciones de contratos para las obras de la Línea H
le costaron a la Ciudad 11.270.748 pesos más de lo previsto,
lo que representa un incremento del 5 por ciento sobre el monto
del contrato original, se determinó en el informe.
En
la Línea B, estaba previsto en 2009 construir la cochera-
taller Villa Urquiza, una Subestación Rectificadora y la
provisión vías.
Según
el informe, la obra fue reprogramada y se reinició al año
siguiente luego de que Subterráneos de Buenos Aires le reconociera
a la contratista costos adicionales equivalentes al 4 por ciento
del contrato original, con lo que se terminó pagando 9.584.187
pesos de más.
En
la Línea A, como ocurrió con los otros ramales, también
hubo paralización de trabajos por "restricciones presupuestarias"
que, al volver a comenzar, le costaron más dinero al erario
porteño.
Se
trató de la construcción de la cochera-taller Nazca,
un túnel de 972 metros bajo la Avenida Rivadavia entre las
calles Argerich y Bahía Blanca, y la realización de
de la subestación rectificadora Plaza Flores, debajo de la
calle Artigas.
Según
la Auditoría porteña, para superar la restricción
presupuestara aducida en 2009 por el Ejecutivo porteño, SBASE
firmó un Acta Acuerdo con la contratista DYCASA en el que
se disponía el reinicio de las obras para 2010 y un reconocimiento
de nuevos costos. Eso le implicó a la Ciudad un incremento
de 23.233.783 pesos, el 10% del convenio original.
La
Auditoría añadió además que se aplicó
el mismo mecanismo en el proyecto de construcción de un sistema
de señalamiento que fue dividido en dos etapas; uno para
las estaciones Puán y Carabobo, y el otro para las estaciones
Flores, Nazca y la Cochera Nazca. El conjunto de gastos extras en
ese caso implicó un incremento de 5.252.703 pesos, "un
17% del total original", dice el informe de la AGCBA.
En
definitiva, por las readecuaciones de las obras de ampliación
pensadas para la Línea A, la Ciudad debió desembolsar
28.486.487,28 pesos por encima de los montos previstos.
Y
en total, sumando las reprogramaciones de obras de todas las líneas,
el Ejecutivo porteño tuvo que pagar 49.341.422 pesos más
que los cálculos originales por pasar los trabajos del año
2009 al 2010.
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