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Actualidad |
31/12/2014 |
EL
EQUIPO DE BUENOS AIRES – CIUDAD KRYPTON DIGITAL LES DESEA |
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¿PORQUE
SE CELEBRA EL DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES EL 28 DE DICIEMBRE?
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Dicen
que la fuente más aceptada por los historiadores es el evangelio
de San Mateo, que relata la llegada de los reyes magos a Jerusalén
buscando al futuro rey de los judíos, que según ellos
acababa de nacer y que para poder determinar este suceso, siguieron
lo especificado en una profecía del Antiguo Testamento que
decía: "Cuando aparezca una nueva estrella en Israel,
es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las
naciones.
Entonces
Herodes el Grande un personaje obsesionado por el poder y temeroso
de perderlo anoticiado de la llegada del mesías ordenó
que le dieran muerte inmediatamente, reuniéndose con los
magos fingiendo un interés sano por el niño, pidiéndoles
que cuando lo encuentren le avisen para ir a adorarlo.
Así
llegaron los visitantes a la localidad de Belén encontrando
a María y José y el niño al cual adoraron y
le regalaron objetos de oro, incienso y mirra. Pero en la noche
mientras descansaban recibieron un aviso divino que les decía
no volver a su país por Jerusalén, acto que efectivamente
realizaron dejando furioso a Herodes que los esperaba para conocer
con certeza donde vivía el futuro rey para luego asesinarlo.
Por
lo tanto, ,mandó rodear Belén con su ejército
y ordenó matar a todos los niños menores de 2 años
de la ciudad y sus alrededores, pero otro ángel le avisó
a San José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así
lo hizo salvando la vida de Jesús, pero lamentablemente los
soldados mataron a todos los pequeños que habitaban en la
localidad.
Por
eso aunque no se pueda determinar fehacientemente si la fecha real
fue un 28 de diciembre, el cristianismo celebra en el día
de hoy el “DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES”.
28-12-2014.
Redacción – Ciudad Krypton Digital.
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EL
NEGOCIO DE LAS PRESCRIPCIONES DE RECETAS – Parte II. |
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Una
inversión en el largo plazo son los médicos residentes
Pero
las estrategias se refinan. Son cada vez más sutiles, encriptadas.
Un laboratorio, por ejemplo, alienta la prescripción de uno
de sus productos inyectables para tratar el cáncer de próstata
con un código numérico por cada unidad recetada. Eso
equivale a un puntaje. A mayor cantidad, más lejos es el
viaje en juego (con 100 puntos, el destino es Cancún). Cada
unidad de ese remedio cuesta 5100 pesos y, vaya paradoja, esa empresa
posee un código de ética que expresamente define esa
promoción como "práctica ilícita".
Hasta 2011, el laboratorio ofrecía electrodomésticos,
pero su casa matriz en Europa decidió "cambiar un estilo
de promoción tan grosero", según consta en una
denuncia de un empleado.
Una
inversión en el largo plazo son los médicos residentes.
Como cazadores de talentos deportivos, las "valijas" recorren
los hospitales para captarlos. Los tientan con muestras y acceso
a bibliografía a cambio de recetas. Si un laboratorio despierta
el interés de una de estas "lapiceras" en potencia,
probablemente logre su lealtad. "Cuando a los médicos
los ayudan de jóvenes, son fieles a quienes les dan una mano",
confió una fuente de la industria que pidió reserva
de su nombre, como la mayoría de los consultados.
A los
más jóvenes les siguen en importancia los médicos
con por lo menos diez años de antigüedad. La oferta
incluye viajes al exterior y vouchers de compras. Computadoras,
televisores y equipos de audio están entre los objetos más
demandados.
Pero
existe otro blanco de seducción: las secretarias. No sólo
manejan la agenda de los médicos, sino que muchas están
autorizadas por los profesionales para hacer y firmar recetas. Los
APM les regalan muestras a cambio de información sobre la
cantidad de prescripciones, los horarios y el tiempo libre de sus
jefes para personalizar las invitaciones.
En
un ranking elaborado de acuerdo con fuentes de los laboratorios,
las especialidades más vulnerables son la dermatología,
la traumatología, la reumatología, la oncología
y la urología. El intercambio de "servicios" puede
incluir dinero que se deposita en una cuenta personal o se entrega
con un cheque. En 2012, un laboratorio de primera línea destinó
mensualmente 20.000 pesos a un médico de una institución
privada bonaerense, según nos confió el visitador,
ya retirado, que participó de la operación.
Existe
otro blanco de seducción: las secretarias. No sólo
manejan la agenda de los médicos, sino que muchas están
autorizadas para hacer y firmar recetas. Médicos que recibieron
estos ofrecimientos detallaron, a cambio de no ser identificados,
que ese portafolios de compensaciones también incluye fiestas
privadas en yates, despedidas de año (con o sin servicio
de acompañantes), el armado de una fundación para
disimular la transferencia de cuantiosos fondos o el ofrecimiento
de convertirse en "investigador" de un ensayo clínico
con sólo reclutar pacientes para ese estudio.
Frente
a este escenario, el Código de Ética para el Equipo
de Salud de la Asociación Médica Argentina (AMA) y
la Sociedad de Ética en Medicina establece que "los
miembros del equipo de salud deberán abstenerse (...) de
recibir privilegios o dádivas por el asesoramiento en la
compra de material de uso médico o por recetar determinados
productos médicos". Antes, aclara que es "una falta
grave a la conducta ética la inducción, por parte
de empresas y/o laboratorios, al uso de ciertos medicamentos o equipos
biotecnológicos médicos con la promesa de dádivas
o recompensas".
Las
tres cámaras que agrupan a los laboratorios que operan en
el país se limitaron a responder que los incentivos médicos
son prácticas contrarias a la ética. Cilfa, que reúne
a 45 laboratorios nacionales, envió su Código de Ética
Empresarial. Destacó que "la promoción y la comercialización
de productos debe ajustarse a las normas legales vigentes y a las
buenas prácticas del sector", y remitió a una
resolución de 2007 del Ministerio de Salud sobre la promoción
de medicamentos de venta bajo receta. Allí se les prohíbe
a los laboratorios "otorgar, ofrecer, prometer" a los
médicos y su entorno algún beneficio, pero se les
permite conceder becas de perfeccionamiento profesional. "Se
prohíbe expresamente el condicionamiento a prescribir determinado
producto", se aclara.
La
cámara que representa a los laboratorios extranjeros respondió:
"Las empresas que forman parte de Caeme cumplen con un estricto
código de buenas prácticas que prohíbe expresamente
los incentivos y que establece, entre otros aspectos, normas de
transparencia en el relacionamiento con los profesionales de la
salud. Cada una de las empresas en Caeme tienen sus propias y exigentes
normas en la materia". En tanto, Cooperala, cuyas empresas
representan el 20% del mercado de fármacos, aseguró:
"No se pueden ofrecer incentivos porque hay una cuestión
ética de por medio. Nunca la cámara recibió
una denuncia".
Entonces,
¿los laboratorios no incentivan a los médicos? José
Charreau, secretario de Acción Social de la AAPM, no dudó:
"La respuesta es sí, los incentivan". Y agregó:
"La industria manifiesta que se autocontrola con códigos
de ética propios que incumple sistemáticamente. En
realidad, es un argumento político para evitar leyes que
regulen el mercado y la promoción de fármacos. Los
visitadores médicos rechazamos estas prácticas corruptas.
En todas las provincias se elaboraron leyes de profesionalidad,
en las que la AAPM estuvo desde su génesis, y establecen
que la promoción de los medicamentos debe regirse por pautas
éticas y científicas, sin inducciones económicas,
viajes, prebendas o regalías. En general, quienes realizan
estas acciones no son APM".
La
Comisión de Salud de la Cámara de Diputados está
analizando un código de ética en el que participó
la AAPM. Es el mismo texto que, aprobado por unanimidad en la Cámara
baja, perdió estado parlamentario en un cajón del
Senado. La misma resistencia encontró un proyecto de ley
de la legisladora porteña Graciela Ocaña (Confianza
Pública) para hacer públicos los incentivos que reciban
los profesionales de la salud.
Por Pablo Tomino y Fabiola Czubaj
Publicado el 27-12-2014 en el Diario “La Nación”.
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EL
NEGOCIO DE LAS PRESCRIPCIONES DE RECETAS – Parte II. |
En
Estados Unidos, la reforma del sistema de salud incluye por ley
una iniciativa similar llamada Programa de Pagos Abiertos, que rige
desde este año. Eso permitió conocer que la industria
farmacéutica destinó el año pasado 3500 millones
de dólares para 546.000 médicos y 1360 hospitales
escuela. "El dinero o incentivo que reciben los profesionales
en Estados Unidos es enorme e involucra todo tipo de intereses y
formas. La Argentina no es ajena a eso", sostuvo Ocaña.
Para
intentar resolver estos crecientes conflictos de intereses, promovió
primero en Diputados y, ahora, en la Legislatura porteña,
un proyecto para que estos incentivos sean públicos. "El
proyecto encontró resistencia en los bloques, que se negaron
sistemáticamente a darle tratamiento", dijo.
Para
Constantino Touloupas, consultor independiente en políticas
de medicamentos, hay que reconfigurar un sistema de prácticas
tan naturalizadas que ya resultan atractivas hasta para los estudiantes
de medicina. "Si la pregunta es si hay incentivos para que
los médicos prescriban, la respuesta es sí. Y hay
muchos que están convencidos de que eso no está mal,
lo que es aún más grave", dijo Touloupas, que
también es docente de farmacología y terapéutica
de la UBA y la UNLP.
"Con
un Estado en mal estado, sin funcionarios relevantes que puedan
difundir normas éticas que debieran respetar los APM, los
médicos y las empresas, y la industria que declara en el
exterior que no va a sobornar más médicos, acá
parece ser que no hay sobornos -señaló-. ¿Hay
médicos que trabajan honestamente? Sí.
¿Hay médicos que quieren y tienen otra ética?
Sí. El problema es que ya son minoría."
Ocaña
consideró "imprescindible" transparentar los incentivos
para proteger un bien aún mayor: la relación médico-paciente.
"Es un vínculo muy especial, que si bien debe resguardarse,
debe presentarse de la manera más transparente posible -indicó-.
Los dineros que se pierden o se malgastan, ya sea por falta de políticas
o por hechos de corrupción, afectan las prestaciones que
reciben los pacientes. Las empresas y los laboratorios incentivan
a los médicos a utilizar sus productos, aun cuando los sistemas
de cobertura contemplan la provisión de insumos de iguales
características que cumplen con todos los protocolos clínicos."
¿Bastaría
con modificar la ley de prescripción por nombre genérico
como se debate en el Congreso? Aparentemente, no. "Estamos
basando toda una política en la hipotética exigencia
de no sugerir una marca, lo que es una ficción -sostuvo Touloupas-.
Un país que permite vales comerciales con un sticker o donde
el recetario solidario sólo incluye la marca que tiene la
promoción del laboratorio que ofrece esa receta está
violentando la ley de prescripción por genérico. Acá
se necesita la regulación del sistema. Si la industria puede
tomar la información de mi receta en la farmacia e ir a visitar
médicos para fortalecer la prescripción a cambio de
dinero, el sistema está contribuyendo con el productor, no
con el paciente. Y esa lógica colocó a la industria
en la fabricación, la distribución, la gestión
de convenios y la fijación de normas de reconocimiento de
tratamientos de alto costo. ¿Y estamos esperando que se modifique
una ley?"
Tres
fuentes, una de ellas de alto rango en un ministerio, coincidieron
en que la industria también es un fuerte promotor para ocupar
cargos científicos, académicos y políticos
en niveles de regulación y gerenciamiento.
"Todo
esto lo saben las autoridades -aseguró Touloupas-. Quienes
formamos médicos y farmacéuticos estamos muy preocupados
porque hay que hacerlo en este sistema, que naturaliza esta práctica
del incentivo o soborno. Y eso ya es de tal magnitud que parece
que la noticia es que está mal. En realidad, el problema
es que ocurre.".
Por Pablo Tomino y Fabiola Czubaj
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EL
NEGOCIO DE LAS PRESCRIPCIONES DE RECETAS – Parte I. |
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Todos
los días, la profesora Ana María D.G. debía
tomar media pastilla para la presión. Pero ella lo hacía
sólo si se sentía mal. Un día de problemas
inmanejables, el médico del colegio donde trabaja le midió
la presión. Los valores estaban fuera de control. Cuando
se recuperó, le sugirió ver a un neurólogo
y "ajustar el tratamiento" con su médico.
Pero
ella prefirió una segunda opinión y le recomendaron
un especialista que debía ser bueno porque viajaba mucho
por trabajo. "Está bien lo que toma -le dijo el profesional,
mientras escribía una receta-, pero vamos a probar con esta
otra pastilla, que está funcionando mucho mejor. Eso sí,
tómela todos los días." Al salir del consultorio,
Ana María no sabía por qué le habían
cambiado la pastilla. También desconocía las prácticas
con las que la industria farmacéutica incentiva a los médicos
a prescribir sus productos.
Muestras
gratis, vouchers de grandes tiendas y de casas de electrodomésticos,
viajes y hasta dinero en efectivo figuran entre las estrategias
que algunos laboratorios utilizan para fidelizar a los médicos.
Y así lograr que los "lapiceras", apodo de los
doctores en este mundillo, receten los productos que producen y
comercializan.
En
la Argentina, la venta de medicamentos mueve un negocio de más
de 50.000 millones de pesos al año, según cifras oficiales.
Sin embargo, consultores independientes especializados en el mercado
de fármacos aseguran que la cifra es mayor. La facturación
alcanzaría 43.000 millones de pesos, sin incluir los fármacos
de alto costo, como los oncológicos, las licitaciones y las
ventas directas a los hospitales. En el país, cada año
se venden 670 millones de "cajitas" de remedios (el 30%
son productos de venta libre), según consigna una conocida
consultora internacional.
El
lado oscuro de la receta médica esconde un verdadero trabajo
de inteligencia. Es que ese preciado "papel" representa
el principal ingreso para muchos en esta poderosa industria, como
lo expresó el titular de un importante laboratorio nacional.
Quizás no toda la responsabilidad recae en los médicos:
un sistema descontrolado y los bajos salarios en el área
de la salud impiden costearse la participación en congresos
o suscribirse a una publicación para estar al día
con las novedades en la medicina. Y algunos caen en la tentación.
En
este sistema, los agentes de propaganda médica (APM) o "valijas",
como se los apoda a los 6000 visitadores que registra la Asociación
de Agentes de Propaganda Médica (AAPM), operan como engranajes
perfectos: ellos hacen que las "lapiceras" firmen recetas
con uno y no con otro fármaco que se traducen en ganancias
millonarias. Aunque existe una ley por la que los médicos
deben indicar un producto por su nombre genérico, sólo
un 13% lo hace. La mayoría incluye la marca. Esto responde
también a una falta de confianza en la calidad de los genéricos
que el Estado no erradica y que la industria aprovecha.
A los
médicos considerados referentes se los conoce como "lapiceras
gordas". Según se pudo recabar de 22 fuentes que actúan
en este engranaje, un laboratorio con capacidad de investigación
y desarrollo puede invertir un 20% de su presupuesto en la fidelización
de los médicos y la promoción de sus productos. Un
visitador con 10 años de experiencia gana entre 12.000 y
70.000 pesos por mes. El que mejor paga es un laboratorio nacional,
cuyo nombre suele verse en pequeños carteles de pasillos
de muchos hospitales.
"La
seducción, la fidelización y una relación estrecha
que perdure en el tiempo, y que puede incluir dosis de intimidación,
son las tres etapas básicas para lograr que un médico
indique una marca de manera sistemática", confió
un capacitador de los cursos de formación de APM. Para eso,
los laboratorios necesitan detectar a los médicos que más
recetan un fármaco. Si el producto es de la competencia,
se activa la etapa de seducción.
La
estrategia más común para obtener esos datos es la
compra de informes de las auditorías a las farmacias. Esos
documentos revelan quiénes son los médicos más
"útiles" en cada especialidad. Otra opción
está en manos de los visitadores, un ejército de traje
y corbata en el que cada vez se ven más faldas. Repletos
de bolsas con muestras, obsequios o insumos de oficina, cada mañana
recorren los pasillos de los hospitales. Por la tarde, se ocupan
de los consultorios privados. Visitan no menos de 15 o 20 médicos
por día.
También
tienen la tarea de acercarse a las farmacias vecinas de los consultorios
privados. Algunos intentan un trueque: información sobre
las recetas a cambio de muestras de productos, en los casos menos
groseros.
Esa
estrategia le permitió a un laboratorio nacional detectar
que un oftalmólogo muy reconocido que trabaja sobre una coqueta
calle del barrio porteño de Recoleta recetaba un fármaco
"de la competencia".se supo que lo tentaron con cursos
en el exterior: la mayoría de los destinos eran ciudades
puramente turísticas y su familia podía acompañarlo
esos 15 días all inclusive.
Tal
es la importancia de relevar la información de las farmacias
que están surgiendo los agentes de propaganda farmacéutica
o APF. Muchos son visitadores desempleados que se reciclan en esta
nueva tarea. Esta práctica incluye distintas etapas y niveles
de premios, de acuerdo con los dividendos que deje una buena "lapicera".
Por Pablo Tomino y Fabiola Czubaj
Publicado el 27-12-2014 en el Diario “La Nación”.
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