En
el mes de febrero de 1966 llegué a la Capital procedente
de LA Provincia de Misiones por el Ferrocarril Urquiza, línea
que cubría el trayecto Posadas - Buenos Aires en aproximadamente
22 horas. Viajamos con la familia a la meca del país para
realizarle unos estudios neurológicos a mi hermano Carlos.
Lamentablemente las sospechas que teníamos respecto de su
diagnóstico se confirmaron: era espástico y tenía
parálisis infantil..
Ante
esta realidad mi padre tomó la resolución de quedarnos
a vivir en Buenos Aires, para así poder atender la salud
de mi hermano y ello fue posible gracias a que moraban una muy cerca
a otra en el barrio de San Cristóbal mis tías María
Judit del Rosario y Margarita.
Recuerdo
que corría el mes de abril de 1968 y un domingo mis tíos
“Pepe” y “Tona” me llevaron a una institución
de bien común llamada O.S.C.U.S. (Obra Social y Cultural
Sopeña), en la que se enseñaban oficios e idiomas
y en el que reinaba un clima de mucha confraternidad.
En
ese instituto que a través del tiempo utilizó varias
escuelas públicas para desarrollar la enseñanza que
impartía a niños, jóvenes y adultos, tuve la
posibilidad de anotarme en los cursos de “Inglés”
y “Encuadernación”.
La
primera clase que tomé fue el curso de inglés que
estaba a cargo de la presidente de la institución la sra.
Lucrecia Vernengo Toronto Lima de White y en la segunda hora en
la materia “Encuadernación” quien estaba al frente
era un joven profesor llamado Ricardito Phalen Acuña, que
era descendiente de una de las tantas familias paraguayas que emigraron
a nuestro país durante la dictadura stronista.
Ricardito
era la joven estrella del plantel de docentes de O.S.C.U.S., ad
honoren lógicamente y se sabía que paralelamente cursaba
sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Económicas
(UBA), donde seguía la carrera de contador.
Pasaron
los años y nuestros caminos se bifurcaron para volver a encontrarnos
en los pasillos de la universidad, él como profesor de Contabilidad
I ya destacado y yo como estudiante bastante irregular por mi militancia
política y otras cuestiones personales.
Ricardito
ya no era el mozalbete con cara de adolescente de pelo castaño
claro que dialogaba con todos con una fresca sonrisa en su rostro,
sino que ahora él era un enérgico docente que ya mostraba
sus dotes de profesor e investigador pese a su juventud.
Lo
cierto es que con el profesor Phalen Acuña tuve el primer
bochazo en la facultad ¡y no fui el único!. Ciertamente
sus exámenes eran harto difíciles. A tal punto, que
con el tiempo su cátedra era una en la que se inscribían
la menor cantidad de alumnos. Este hecho en su momento me hacía
recordar a la propaganda de los televisores Grundig, que decía
algo así: “CARO PERO BUENO”, aquí se anotaban
pocos, aprobaban menos, pero quienes tenían esa satisfacción
verdaderamente eran excelentes.
Luego
con el tiempo pasé a integrar también el plantel de
docentes de la Facultad y lo veía a menudo en la sala de
profesores, luciendo trajes azules o marrones que realzaban su distinguido
porte, pero lo principal era su compromiso permanente con la noble
misión de enseñar, sea en la materias iniciales de
la carrera o en las finales como “AUDITORÍA”.
Por
eso y otras vivencias en las que no me quiero extender ahora, es
que con alborozo concurrí al parlamento local y participé
como espectador del reconocimiento que se le efectuara. En tiempos
donde Marcelo Tinelli ha sido premiado por su aporte a la “cultura”
algo verdaderamente aberrante, reconforta el espíritu humano
que la misma institución, la Legislatura Porteña,
merecidamente lo distinga como “Personalidad Destacada en
el Ámbito de la Educación”.
Este
pequeño y al propio tiempo gran galardón que se le
dispensara en el Salón “Raúl Alfonsín”
a Phalen Acuña fue promovido por la diputada del Partido
Socialista Auténtico (PSA) Virginia González Gass,
otra docente de grandes quilates que fuera rectora del Colegio Nacional
Buenos Aires.
Si
hay un mérito que se le debe reconocer al profesor Ricardo
José María Phalen Acuña, más allá
de sus logros profesionales nacionales e internacionales, es que
desde siempre apostó a consolidar la educación pública
y esto es un elemento central a la hora de evaluar su trayectoria.
Por
todo ello, gracias querido PROFE.
Luis
Alberto Mello
Coordinador de Buenos Aires - Ciudad Krypton Digital.
20-12-2014.
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