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22/11/2009
DISCAPACITADOS: BENEFICIO EN COLECTIVOS, MICROS Y TRENES
La Secretaría de Transporte de la Nación emitió una resolución que da más precisiones sobre el decreto 38/04, que permite a los discapacitados viajar gratis en colectivos, micros y trenes, y ya está en vigencia.

En su artículo 1º, la resolución —publicada ayer en el Boletín Oficial— señala que no es necesario llevar el certificado original de discapacidad ni el documento, sino que son suficientes sus fotocopias "autenticadas por la autoridad competente". Para viajes de corta y media distancia, hay que mostrarle ambas fotocopias al chofer en el momento de subir al colectivo. En los de larga distancia, el trámite debe realizarse con 48 horas de anticipación en las terminales.

El decreto 38/04 también prevé un pasaje gratis para un acompañante. Para obtenerlo, alcanza con que figure en el certificado la necesidad de que el discapacitado viaje acompañado. La resolución especifica que "la causa de viaje no constituye limitante alguno al beneficio de gratuidad" y aclara que "los pases de discapacitados emitidos por la Secretaría con vencimiento posterior a la vigencia del decreto 38/04, mantendrán su validez hasta la fecha de vencimiento".

Otro de los puntos es el de los perros guías usados por no videntes. Los ciegos podrán subir al medio de transporte con el animal (que tendrá que llevar bozal), pero antes deberán tramitar una credencial en la Secretaría de Transporte, presentando un certificado en el que conste que el perro está adiestrado y acreditando su estado sanitario.

"El decreto era confuso y ambiguo —dijo Isabel Ferreira de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad—. Pero esto tampoco facilita las cosas: las fotocopias autenticadas requieren de trámites engorrosos y no todos pueden pagarlas".

Pero el decreto 38/04 no es lo único en discusión. Las resoluciones 424/03 y 417/03 de la Secretaria de Transporte también provocaron la reacción de los discapacitados. La primera prolonga la vida útil de colectivos que ya deberían haber salido de circulación. Y la segunda establece que las empresas pueden adaptar sus frecuencias de de acuerdo a los vehículos adaptados para discapacitados que dispongan.

ADOLESCENCIA Y CUMBIA VILLERA
La adolescencia es un movimiento pleno de fuerza, de promesas, de expansión, esta fuerza es la existencia de la mencionada transformación.
Por estas y más razones el adolescente se reúne en pandillas, donde cada uno se siente bien, tiene los puntos de referencia comunes, un lenguaje codificado y propio, que le permite no usar el de los adultos.
El hecho de reunirse en grupos demuestra que constantemente se encuentra en la búsqueda de su identidad o que necesita verse parecido a otros, esto puede suceder por miedo a ser rechazado o bien que interprete las diferencias como amenazas para el grupo; cuando en realidad, lo consolida.
El grupo hace que el adolescente se sienta más fuerte, que pueda encontrar confidentes para compartir sus dificultades, buscar un alter ego que lo sostenga y ayude a avanzar, pues él en el grupo trata de afirmar su propia identidad.
Al adolescente, le resulta muy difícil en este período poder discernir entre compañeros y los verdaderos amigos, ya que ni siquiera sabe quien es, ni lo que desea trasmitir al medio social que lo circunda, porque se siente en dificultades con su propio ser (lo que es) y con sus semejantes (lo que quieren mostrar de sí mismo).
Los medios de defensa que tenían antes, cuando eran niños se perdieron, entonces para auto defenderse adoptan posturas extremas, tanto en sus actitudes cotidianas frente a la realidad (rebeldías, caprichos, etc.) y además en lo exterior utilizan el lenguaje simbólico que representa el uso de determinado tipo de ropa, inscripciones (tatuajes) y mutilaciones a su cuerpo (preacing).
Esto pasa por la existencia de diversos sentimientos interiores encontrados que tiene, a saber: pobreza, vacío, insatisfacción, etc. Cada adolescente se esconde tras un look, que es común, una especie de caparazón provisorio ya que se encuentra en un período de metamorfosis existencial.
Los adolescentes construyen una imagen ideal de si mismos, basada en los criterios de la pandilla, sus modas, valores e ideologías vigentes. Participar en una pandilla es una manera de afirmarse y también es un signo de alianza e integración.
Al estar en un grupo se sienten fuertes y a menudo tienen ganas de no respetar las reglas de la vida social, este hecho, puede conducir en muchos casos a la delincuencia (tema frecuente que se encuentra en las letras de las canciones de los grupos musicales que toman sus consignas). Hoy en día sin embargo, se advierte aunque no hay una gran discusión a nivel social, que se observan cuestionamientos acerca de que si las mismas hacen o no apología del delito, incitan a la violencia o al consumo de drogas, etc.
Creemos que mediante un buen diálogo y la creatividad bajo todas sus formas, puede evitarse la violencia y sus consecuencias. Por esto, lo que proclaman las letras de las canciones de estos grupos, no llevan precisamente a incitar a la violencia, sino que éstas transmiten el sentir del adolescente, lleno de energía e ilusiones, con la natural omnipotencia de la juventud, elementos éstos que se canalizan lamentablemente en forma negativa.
Por estas razones, robar, mentir, la falta de compromiso social, son instrumentos de defensa que utiliza inconscientemente, dado que sufre por la falta de afecto o un alto grado de incomprensión en su seno familiar, la falta de trabajo por lo general y consecuentemente dinero, la impotencia que siente porque desea cambiar su vida y no puede hacerlo, el sentimiento de injusticia que reina en sus horas, etc.
Con referencia a las letras, es evidente que van dirigidas al mismo sector social de origen de los integrantes de los grupos por lo general, de clases muy pauperizadas y en muchos casos marginales. El mensaje de estos grupos apunta a que robar, desafiar a las autoridades, rebelarse contra ellas y estar siempre en un estado límite, es la mejor forma de vivir.
Podemos afirmar que estas conductas se intensifican en el período en el que el adolescente se encuentra más susceptible y vulnerable y por ende, está más propenso a ser influenciado.
En lo que respecta a las drogas, si bien las letras de estas canciones constantemente la citan y de algún modo incitan a su consumo, es bien sabido como señaláramos anteriormente que el nivel de ingreso de este sector social es muy bajo y que para adquirirlas se necesita cierta cantidad de dinero; lo que los lleva muchas veces a la delincuencia y además hace que los adolescentes que no tienen lazos afectivos verdaderos, solo tengan mini satisfacciones a través del consumo de las drogas. Sin ser relevante para ellos el tipo ni la calidad de droga, ya que sólo lo que buscan con ellas es colmar el vacío interior que poseen, operando las drogas entonces como sustitutas de otras carencias de naturaleza variada.
El factor social incide grandemente al igual que su entorno diario, en la formación del adolescente- Su pertenencia al grupo que integra y el prestar sus oídos a las consignas de las letras de las canciones que le atraen, en cierto modo, van marcando su persona y su destino en la vida. Por lo tanto, la forma de llenar “sus vacíos” son las drogas que le hacen ver que “todo está bien, de diez” (según sus dichos habituales), cuando la realidad es otra y lo único que hacen a través de ella, es seguir evadiéndose de sus responsabilidades actuales y futuras dentro de su comunidad.
Muchas veces la falta de amor, trabajo, la imposibilidad de estudiar, contención estatal, o la carencia de una buena estructura familiar llevan al adolescente (y adultos también) al consumo de drogas, dado que la persona no encuentra su realización como ser humano dentro de la sociedad, por lo cual, huyen de su triste realidad incorporando a su cuerpo sustancias que ellos creen “bueno o que no lo dañarán irreversiblemente”.
Aunque la venta de alcohol no es estrictamente libre ya que existen restricciones para los adolescentes, en la práctica esto no es así, opera como un “desinhibidor” que libera fuertes impulsos, los más primitivos, que no pueden manejar y que le provocan por lo general situaciones llenas de violencia.
Sabemos que la curiosidad – que es la madre de todos los excesos - lleva al adolescente a explorar este nuevo mundo y en esa búsqueda pierde el control de si mismo, retornando a su hermetismo interior o a períodos largos de encierro que lo familiarizan con la soledad.
Las relaciones efímeras a nivel sexual son moneda corriente y forman parte también de las letras de las canciones y son en cierta medida, un modo más de buscar su propia identidad, ya que en esta etapa, construir una relación sexual aunque sea promiscua, constituye un encuentro con el otro, que es también el encuentro consigo mismo.
Pero la diferencia radica en que la sexualidad es mucho más que el acto carnal y lo que las letras de las canciones proclaman es la exaltación al ahora y rápido. La ciencia nos dice que desde antes de nacer ya experimentamos emociones sexuales y toda nuestra infancia esta marcada por el desarrollo de nuestra sexualidad.
Una relación sana permite una comunicación plena, un compartir beneficios y quebrantos, crear lazos internos poderosos que no se viven si el único objetivo es lo efímero de las relaciones.
Si el adolescente se refugia en un submundo que a él sólo le pertenece, nos encontramos que tendrá una vida sin futuro, llena de pobreza, quebrantos y peligros, ya que no valorará sus relaciones íntimas ni tampoco podrá integrarse al núcleo social que lo rodea lamentablemente, pero las letras de estas canciones dejan entrever que estos encuentros deben ser vanos, sin importarles los sentimientos de la otra persona, sólo transitoriamente calman su lívido y se adentran en un empobrecimiento del yo muy significativo.
Transformar esta realidad y eliminar las lacras sociales que condenan al adolescente casi marginal, representa un desafío para todos los que afortunadamente hemos tenido la posibilidad de transitar por otros caminos en la vida.
LUIS ALBERTO MELLO
COORDINADOR BUENOS AIRES – CIUDAD KRYPTON DIGITAL.
LA DEPRESION: FLAGELO DEL SIGLO XXI
No se le escapa nadie. Todo el mundo sabe o sabrá en algún momento de su vida lo que es sentirse deprimido. Una mala racha económica, romper con la pareja, vivir la muerte de una persona cercana, pasar por una enfermedad son situaciones que, como muchas otras, provocan el abatimiento y la tristeza durante breves periodos. Pero cuando la sensación de desolación y soledad se prolongan en el tiempo y aparecen otros síntomas, como la falta de motivación, la irritabilidad o el sentimiento de culpabilidad, lo que se considera una reacción normal a una situación de estrés se convierte en algo patológico, en una enfermedad conocida como depresión. La Organización Mundial de la Salud estima que un 10% de la población de todos los países desarrollados padece esta enfermedad mental, que afecta a los pensamientos, a los sentimientos, al ánimo, al comportamiento y hasta la salud física. Hay estudios que han relacionado la depresión con un mayor riesgo de sufrir del corazón y con un deterioro del sistema inmune. Esta enfermedad, que bien irrumpe en la vida de alguien tras haber pasado por una experiencia dolorosa o traumática (se la conoce como depresión reactiva), bien de forma espontánea (endógena), se apodera poco a poco de la mente del enfermo hasta convencerle de que nada va cambiar, de que no hay esperanza, de ahí que ella sea la principal causa de suicidio (más del 70% de las personas que lo cometen tiene alguna forma de depresión). Existen varios tipos de depresión (las más prevalentes son la depresión mayor, la distimia y la depresión bipolar), y todas ellas tienen la misma causa bioquímica: el descenso de los niveles de serotonina —un neurotransmisor—en el cerebro. No obstante, entre los especialistas sigue en vigor la creencia de que los estados depresivos son el resultado de una interacción de factores biológicos, psicológicos, genéticos y ambientales.
Durante la pasada década, se ha producido un avance espectacular en el tratamiento de esta enfermedad (han surgido nuevos fármacos, más seguros y con menos efectos secundarios, que logran que hasta un 80% de los pacientes mejore en pocas semanas). Sin embargo, todavía hoy muchos de los que la sufren niegan que estén enfermos y no buscan ayuda médica, a pesar, incluso, del coste personal, familiar y social que está ligado a esta enfermedad.

DUDAS MAS FRECUENTES:

¿Cómo sé si tengo una depresión?.
La depresión puede manifestarse de diferentes formas, dependiendo de la severidad de la misma, la edad o la personalidad previa. No obstante, por lo general, el afectado está decaído, aburrido y triste. La vida empieza a carecer de sentido y nada tiene importancia. Cuando estos sentimientos duran más de dos semanas y acaban por interferir en la vida laboral y social es posible que exista un cuadro de depresión.
¿Cuáles son sus síntomas?.
En la depresión mayor, la más común de todos los tipos que existen, los síntomas —que se desarrollan de forma gradual a lo largo de días o semanas— frecuentes son: pérdida de interés por las actividades diarias, por el sexo o los hobbies; llorar a menudo; sentirse ansioso o triste la mayor parte del día, a diario, tener problemas para concentrase, tomar decisiones o recordar cosas; estar irritado, sentirse culpable o con baja autoestima e, incluso, tener deseos de morir y de suicidarse.
¿Tener insomnio es un síntoma de depresión?.
Sí, cuando se acompaña de otros como los anteriormente mencionados. Otros signos físicos son: dormir mucho, ganar o perder un 5% del peso corporal sin causa aparente; sentirse agotado; tener dolores de cabeza; problemas de estómago; sufrir dolor crónico que no responde a ningún tratamiento y, en algunos casos, padecer diarreas o estreñimiento o visión borrosa.
¿Cuál es, o son, las causas de esta enfermedad?.
No hay una única razón detrás de esta enfermedad. Los científicos creen que existe una vulnerabilidad genética a padecer este trastorno, aunque no todas las personas con historia familiar de depresión acaban desarrollando esta patología. Existen otros factores de riesgo involucrados como son: la vivencia de una situación estresante, el uso prolongado de ciertos fármacos, tener una enfermedad crónica, la dieta (la carencia de vitamina B-12 y folato provocan síntomas de depresión), el abuso de drogas y el tipo de personalidad (aquellos que tienen baja autoestima, son muy autocríticos o pesimistas son más vulnerables a padecer la enfermedad).
¿Qué es lo que provoca la alteración química en el cerebro asociada a esta patología?.
Los estudios han demostrado que la depresión está provocada por un desequilibrio en el cerebro de los niveles de ciertos neurotransmisores como son la serotonina, la norepinefrina y la dopamina. Se sabe que ciertos eventos físicos (como los cambios hormonales que sufren las mujeres en el embarazo o la menopausia) pueden provocar alteraciones químicas en el cerebro. Aún se desconocen los mecanismos que provocan estos cambios.
¿Cuáles son los fármacos más eficaces?.
Existen varias clases de antidepresivos, y aunque los de última generación provocan menos efectos secundarios, todos parecen ser igual de efectivos a la hora de combatir la enfermedad. Hay que esperar entre cuatro y ocho semanas antes de notar una mejoría. Desde hace 30 años existen los fármacos tricíclicos y los inhibidores de la monoaminoxidasa. Los de última generación son los inhibidores de la recaptación selectiva de la serotonina. El primero de ellos en llegar al mercado fue el Prozac, luego se aprobaron, Zoloft, Paxil y Luvox. Los de más reciente aprobación son Bupropion, Desyrel y Effexor. No obstante, tomar medicamentos como el Prozac no elimina la necesidad de seguir otras terapias, como la psicoterapia, que suele aumentar la eficacia de los fármacos.
¿Cómo interactúan el alcohol y los antidepresivos?.

Existen varios problemas que se derivan de la combinación de alcohol y fármacos contra la depresión. Primero, los antidepresivos pueden provocar una mayor susceptibilidad a sufrir los efectos tóxicos del alcohol y, además, este tipo de bebidas reduce los efectos de los fármacos.
¿Todos los antidepresivos causan problemas sexuales?.
Uno de los efectos secundarios más común de los antidepresivos en hombres y mujeres es la falta de deseo sexual y la dificultad para alcanzar el orgasmo. Este problema es más frecuente con los fármacos de recaptación de la serotonina y los inhibidores de la mono aminoxidasa.
¿Cuánto dura una depresión?.
Un episodio suele durar habitualmente de 6 a 9 meses, pero en el 15% al 20% de los pacientes se prolonga dos años o más. En muchos casos, los episodios tienden a recurrir a lo largo de la vida.
¿Qué puedo hacer por mí mismo?.
Acuda al médico con regularidad y no suspenda la medicación hasta previo aviso para evitar recaídas. Una buena dieta, hacer ejercicio y no consumir alcohol u otras drogas pueden ser armas para luchar contra la depresión.

 
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